La UEFA y la Federación de Fútbol de Hungría (MLSZ) han pedido a los aficionados que asistan al Bayern Munich-Sevilla con la Supercopa de Europa en juego en Budapest que se comporten con responsabilidad y cumplan con las medidas necesarias y marcadas para proteger la salud.

Las directrices marcadas pasan desde mantener la distancia social de 1,5 metro, usar mascarilla cuando la distancia social no pueda ser respetada "después de superar el perímetro de seguridad exterior e incluso dentro del estadio", hasta permanecer en los carriles especialmente marcados en tornos, ascensores, escaleras e instalaciones sanitarias y cumplir con los indicadores de ocupación máxima para espacios confinados.

Las autoridades advierten que emitirán anuncios públicos en pantalla gigante y en monitores de televisión recordando a los aficionados que la seguridad es lo primero.

Otras precauciones incluyen obligar a los aficionados a que permanezcan en su entrada numerada para garantizar que se mantenga la distancia social correcta entre los asientos, además de que los puntos de contacto de uso frecuente, como las manijas de las puertas y los pasamanos, se desinfectarán regularmente.

Habrá cámaras térmicas instaladas en las entradas que servirán para controlar la temperatura corporal de los aficionados, y habrá un equipo médico disponible para realizar segundas mediciones de temperatura en caso que haya alguna de 37,8C o más. Se han establecido áreas de ayuda médica dentro del perímetro exterior del estadio, así como salas de primeros auxilios en todos los niveles del estadio para ayudar a los espectadores que puedan mostrar síntomas del virus Covid-19 o que no se sientan bien.

La UEFA quiere poner especial celo en la seguridad de este partido, ya que es una experiencia piloto de celebración de un encuentro con público en el estadio, con un aforo reducido de 15.500 entradas vendidas sobre un total de 60.000 espectadores posibles en el Puskas Arena.