Impensable no hace mucho tiempo, el propio Monchi llegaba a hacer bromas cuando un futbolista de estas características era vinculado por algún medio al Sevilla. Hoy, junto al descomunal crecimiento que ha experimentado la entidad en títulos, en estrucuras, en potencial humano y deportivo, en presupuestos y recursos económicos... el club nervionense puede presumir de haber entrado en ese cerrado y exclusivo círculo de clubes que pueden permitirse tener acceso al llamado mercado de luxe, en el que están jugadores prohibidos para la inmensa mayoría de los clubes del mundo, futbolistas que son estrellas rutilantes y que se encuentran en vestuarios bien abrigados como los de los mejores clubes de la Premier League.

El Sevilla no deja de lado el modelo de negocio que más éxitos le ha dado, el de invertir en jugadores que han apuntado alto pero con un camino aún por recorrer. Una serie de futbolistas, con los nombres en la mente de todo el mundo, que multiplicaron hasta por diez la inversión realizada una vez que abandonaron el Sánchez-Pizjuán, en algunos casos en sólo un año de estancia, aunque la mayoría en dos. Bacca, Krychowiak, Gameiro... eran futbolistas que habían sido una apuesta fuerte, pero que fueron disparando su precio. Igualmente, en otro segmento de coste aún más beneficioso, Aleix Vidal o Vitolo (éste aún en la disciplina del club) aún han multiplicado más su valor vistiendo la camiseta del Sevilla, un club que no olvida este modelo a la hora de planificar, pero que puede permitirse el lujo de tener acceso a futbolistas del más alto nivel.

Ya lo demostró la pasada campaña con Fernando Llorente, el delantero internacional español que militaba en la Juventus y hasta libró un millonario pulso con el Atlético por uno de los futbolistas del momento, Yevhen Konoplyanka. O el propio Banega, un crack en su día, aunque venido a menos por cuestiones extradeportivas en el momento en que aterrizó en Sevilla en unas condiciones muy ventajosas.

Inclusive, la presencia de Samir Nasri en la actual plantilla tras las gestiones que el club realizó el pasado verano es otra muestra de que su economía y su estructura de club a la altura de los grandes le permite mantener a un futbolista como el francés, estrella en el Manchester City y al que, por su ficha, sólo podría tener acceso en España clubes como Real Madrid, Barcelona o Atlético, nada más.

Actualmente, el director general deportivo del Sevilla tiene establecidos varios objetivos para reforzar la plantilla que tiene a su disposición Sampaoli y algunos de los nombres elegidos forman parte de este mercado de luxe, prohibitivo en cualquier otro momento de la historia de la entidad pero que gracias a esta transformación pueden ser metas reales.

Así, el aficionado sevillista ya no tiene que echarse las manos a la cabeza si lee que Monchi está estudiando fórmulas para traer a Nervión a Anthony Martial, delantero por el que el Manchester United pagó nada menos que 50 millones de euros al Mónaco en una operación en la que se incluyeron otros 30 en variables. Martial no tiene apenas participación en los planes de Mourinho y estudia seguir los pasos de Nasri. El también delantero de los Red Devils Memphis Depay, según Daily Star, podría ser una opción para el Sevilla, mientras que ya algunas semanas atrás se informó del seguimiento de Monchi a otra figura de la Premier, el francés del Arsenal Olivier Giroud, igual que hasta se rumoreó cuestiones similares con el ex barcelonista Cesc.

Evidentemente, la única fórmula posible para llevar a cabo estas operaciones es la cesión y que el club que posee su propiedad corra con una parte no poco importante del sueldo y, por supuesto, nada de opción de compra. Aun así, no están al alcance de todos.