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Del ahogo al desahogo en un movimiento

  • Como en Gijón, la salida de Iborra desatasca al Sevilla.

La pizarra del Sevilla.

La pizarra del Sevilla. / Dpto. de Infografía

No son los goles, que también, por supuesto que sí. Fueron muchas más cosas las que puso Iborra como soluciones en Balaídos. Como en otras ocasiones, en Gijón, por ejemplo, donde su salida entonces por Nasri sirvió para que el Sevilla se sacudiera la presión del rival y tuviera mejor manejo del balón y más control de partido, la irrupción del valenciano fue una salida al rescate de N'Zonzi, un jugador que sufrió el habitual marcaje individual con que Berizzo suele desconectar a los rivales que quieren discutirle la posesión. A la presión que los celestes imprimieron a los intentos de salida del equipo de Sampaoli se unió lo cerca que el Tucu Hernández estaba siempre del faro sevillista, un N'Zonzi a quien anular -o al menos minimizar sus tentáculos futbolísticos- está empezando a resultar fácil a los equipos que se enfrentan al Sevilla. Así, como en El Molinón, donde el Sevilla lo pasó mal en la primera mitad, el paso adelante del francés con la presencia de Iborra fue lo que cambió las sensaciones, que hasta entonces habían sido de agobio casi desde el segundo pase vertical de Nasri al área, el que no pudo convertir Ben Yedder.

Defensa

El sistema defensivo sufrió con el empuje del Celta, que metió a mucha gente por dentro, por lo que, si impedía que el Sevilla en fase ofensiva sobrepasase la línea que marcaba en solitario N'Zonzi en ese 4-1-4-1, tenía mucho avanzado en su plan. La marca individual del Tucu era la pieza sacrificada, y hasta ahí le funcionó, sobre todo porque Orellana no acompañaba a Pione Sisto y a Iago Aspas, quienes, no obstante, pusieron a prueba en demasiadas ocasiones a un Sergio Rico otra vez providencial.

La salida de Pareja obligó a reestructurar la defensa, primero con Mercado volviendo al eje y más tarde con tres centrales, lo que benefició al repliegue tras el 0-1.

Ataque

Nasri era la pieza mágica y la que convertiría el 4-4-2 de las últimas citas en otra cosa. Él y Vázquez hicieron de interiores, pero el galo cruzaba líneas juntándose con N'Zonzi y en último pase. Tras el 0-1, las contras (Vitolo y Correa en el origen de los otros dos goles) acabaron de hundir al Celta.

Virtudes

La estrategia con Sarabia, un filón.

Talón de aquiles

Otra vez N'Zonzi acorralado.

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