Sevilla-Elche

Con confianza todo es posible

  • El Sevilla no sintió esa presión del rival en la salida de balón y el repliegue ilicitano propició que le fuera fácil generar superioridades numéricas en campo rival

  • Inteligencia para bajar el ritmo del partido en la segunda parte

  • Así jugaron los futbolistas del Sevilla ante el Elche

Óliver Torres intenta driblar a un Boyé.

Óliver Torres intenta driblar a un Boyé. / antonio pizarro

Cuidado con caer en el error de sobredimensionar el triunfo, la goleada, la mejoría... del Sevilla de Sampaoli. Lo hizo ante una caricatura de equipo que no ha ganado ni un solo partido en la primera vuelta y al que no logró superar de verdad hasta la expulsión de Bigas. Tiene mérito y da confianza para lo que le viene al equipo nervionense, nada menos que el líder en el Camp Nou ahora, pero sobre todo fue consecuencia de que coincidieran cuatro o cinco actuaciones muy convincentes en el plano individual. Un En-Nesyri que esta vez acertó, un Suso muy clarividente, un Acuña que recordó al de los buenos tiempos, un Óliver Torres siempre presente y, sin olvidarse –por supuesto– un Fernando que se nota cuando barre en el centro del campo y cuando no está.

Con un once que volvía a la defensa de cuatro y al 4-3-3 de Lopetegui (calcó la posición de los extremos, Suso y Ocampos, y el punta referencia), jugó tremendamente a favor de los blancos el hecho de que el Elche no presionara en campo rival y prefiriera siempre esperar replegado en su campo. No fue agresivo nunca el equipo de Pablo Machín y eso es precisamente lo que más incomoda a este Sevilla frágil de moral casi siempre.

Por eso tuvo facilidad para jugar en campo contrario, para acumular futbolistas ahí y crear superioriodades. Desdoblamientos de los laterales (sobre todo Acuña), llegadas al balcón del área de los interiores (Rakitic y Óliver Torres liberados por Fernando)... todo lo que tiene Sampaoli en su ideario ofensivo pudo ponerlo en práctica en la tarde más propicia para ello, aunque no fue hasta que el Elche se quedó con diez cuando la diferencia de calidad entre una plantilla y otra se notó de verdad.

Defensa

La entrada de Ocampos en el equipo le ha dado a éste una virtud fundamental de la que adolecía, empuje y presión para incordiar la salida de balón de los rivales. El argentino fija la línea defensiva del enemigo y lo obliga a recular unos metros. También coincidió con un En-Nesyri que suele hacer un trabajo muy importante en la primera línea y en los inicios defensivos.

Después, la posición de Fernando es clave por su inteligencia táctica y el brasileño se sintió cómodo ante el repliegue perenne de los ilcitanos.

Ataque

Hubo fluidez y un buen sentido asociativo. Al Sevilla le fue fácil generar ventajas numéricas de dos contra uno, de tres contra dos... mucho más cuando el Elche se quedó con diez.

La segunda línea también dio ese paso adelante que siempre reclamó Sampaoli, si bien el rival contribuyó con la sumisión como concepto de base al no soltarse nunca a presionar. Rakitic y Óliver Torres ofrecieron muchas líneas de pase y eso, por ejemplo, lo agradeció un futbolista como Suso.

En la izquierda, las ventajas de Acuña con sus subidas permitían que Ocampos fuera un delantero más desde el extremo.

Virtudes

Confianza sin sentir esa presión rival que tanto le incomoda. Sentido para bajar el ritmo con 3-0.

Talón de Aquiles

No conocer esos saques de banda y conceder esa posibilidad de remate. Boyé estaba emparedado entre dos jugadores más altos que él (Badé y Fernando) y remató.

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