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La continua irregularidad

  • El regreso de Beñat le da algo de más coherencia al juego intermitente de un Athletic ciclotímico

  • Acoplar noveles y veteranos, reto de Ziganda

Cuco Ziganda da instrucciones a un grupo de jugadores del Athletic, con Mikel Rico en el centro volviendo el rostro a la cámara.

Cuco Ziganda da instrucciones a un grupo de jugadores del Athletic, con Mikel Rico en el centro volviendo el rostro a la cámara. / miguel toña / efe

Cuco Ziganda siente sobre su testa la presión de San Mamés. El entrenador del Athletic escuchó pitos en la última victoria ante el Málaga, debido a la continua irregularidad de un equipo que ha echado de menos una idea de juego definida más allá de los habituales recursos de la corajina vasca, la eterna juventud de Aduriz, el ímpetu de San José o Raúl García y alguna carrera de Susaeta o Williams.

En San Mamés parecen haberse aburrido del juego de un equipo que con Beñat, recuperado de la pubalgia que lo tuvo apartado al final del otoño, ha logrado algo de más cohesión. Pero ni siquiera, entre tantas rotaciones por la disputa de la Liga Europa, hay un once claro definido. Sí tienen sitio en él los susodichos, y el reto de Ziganda es hacer un bloque sólido de esos veteranos con algunos noveles como el central Unai Núñez, el extremo Íñigo Córdoba o el medio Mikel Vesga, junto a Williams, esa eterna promesa que no termina de romper, pese a su pujanza.

En duodécima posición, a diez puntos del quinto, que es el Sevilla en estos momentos, el Athletic está muy lejos de su objetivo en la Liga. Es el rey del empate, con 11 tablas ya tras las protagonizadas ante su gente con Las Palmas y Valencia, con el sufrido triunfo sobre el Málaga por medio. Es lógico el enfado de la afición bilbaína.

sin balón

Poderoso físicamente, con futbolistas hechos para el choque como el joven Unai Núñez, Íñigo Martínez (sustituto de Laporte), y los clásicos Iturraspe, San José y Mikel Rico más Mikel Vesga, el Athletic está sufriendo en las transiciones tras pérdidas de balón, tanto en la salida desde atrás como en los fallos en las entregas más adelante. Más de una vez ha intentado Ziganda adelantar la línea de presión, pero no ha dado con la tecla de la necesaria coordinación para ello, y el resultado es la intermitencia en los robos y la discontinuidad, con ciertos periodos de excesivo aculamiento ante la indefinición de una línea que vaya en bloque a presionar.

Los goles ante Valencia y Atlético, por ejemplo, fueron fruto de pérdidas por falta de contundencia en la salida o por descoordinación entre sus medios. Presionar arriba puede cortocircuitarlos. Aun así, encaja pocos tantos: 29, lo que posibilita un balance digno de -2 pese a la llamativa escasez anotadora, sólo 27 goles.

con balón

La grave lesión del ligamento cruzado de Muniain le quitó mucha profundidad al Atheltic, que sigue contando con los centros y percusiones de Susaeta y De Marcos como armas para buscar a Aduriz o Raúl García. En la izquierda, Sabin Merino se reparte los minutos con el inquieto Íñigo Córdoba. Y por dentro, al empuje de San José y Raúl García hay que unir la buena visión del ya veterano Beñat. El Athletic ataca a arreones y es peligrosísimo en segundas jugadas, disparos lejanos y, como siempre, en el balón parado.

lo mejor

El gol y la energía de los veteranos Aduriz, Raúl García y San José.

lo peor

Escasez goleadora y lagunas en el juego creativo.

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