El galimatías en que se convierte el calendario futbolístico español cada temporada suma un nuevo capítulo con la Supercopa de España, esa cita a doble partido que implica que Barcelona y Sevilla tengan que disputar una nueva final, el primero como campeón de Liga y el segundo como subcampeón de la Copa del Rey.

Las fechas siguen sin estar claras, las indicadas en el primer borrador por parte de Real Federación Española de Fútbol (RFEF) son inviables y se siguen estudiando fórmulas que no perjudiquen a ninguno de los dos equipos, que tienen serios problemas con las primeras fechas propuestas, el 5 y el 12 de agosto. El Barcelona juega frente a la Roma un día antes de la ida y el Sevilla jugaría de por medio la vuelta de la primera ronda y la ida de la segunda previa de la Europa League.

Así, la posibilidad de que se dispute a partido único cobra cada vez más fuerza. Luis Rubiales, presidente de la RFEF, ya se ha mostrado públicamente partidario de esta opción, pese a que en primera instancia advirtió de que, por contratos televisivos e intereses económicos de cada uno de los clubes participantes, parecía difícil.

En este sentido, según publicó este domingo Mundo Deportivo, La Liga aceptaría esta posibilidad siempre que la RFEF dé su consentimiento. Hay que recordar que la Supercopa enfrenta a los campeones de dos competiciones gestionadas cada una por un ente. De esta forma, el domingo 12 de agosto puede contentar a ambos clubes (el Sevilla jugaría el 16 la vuelta de la primera ronda previa de Europa League). El tema está en el estadio. El Barça ha propuesto el Camp Nou por su capacidad, algo que el Sevilla no va a aceptar. Si la opción fuera hacia delante cobra fuerza un nuevo Barça-Sevilla en el Wanda Metropolitano. Es verdad que de infausto recuerdo para el sevillismo, pero...