Los compañeros le dieron uno de los brazaletes de capitán el pasado verano y no fue por capricho. Negredo se lo está tomando tan en serio que adopta el rol de líder con absoluta naturalidad. Es un hombre responsable, como demostró ayer en dos vertientes, la de dar el paso al frente para ofrecerse como lo que es, el referente goleador del equipo tras superar su lesión muscular, y para reconocer que la responsabilidad de dolencia es exclusivamente suya, de nadie más. Se explicó sin ambages y, de paso, dejó un mensaje ambicioso: "El objetivo es quedar terceros sí o sí".

La historia es conocida. Negredo jugó su último partido sano ante el Valencia, el 24 de septiembre. Se lastimó ensayando el disparo a puerta el 28 de septiembre. Jugó el último cuarto de hora en el Vicente Calderón, el 2 de octubre, después de haber sido duda en el parte médico y de ser convocado por Del Bosque. Viajó a Madrid y los médicos de la selección lo echaron para atrás. Luego llegó otra recaída, al jugar otro rato como suplente ante el Racing. Ya está totalmente sano.

Así dio Negredo su versión de los hechos: "Es verdad que en el Calderón jugué con un poco de dolor, pero todo fue por iniciativa mía, por las ganas que tenía de seguir, de jugar. En ese sentido, pequé un poco de querer jugar y no parar. Era el momento de parar y no paré. Un error mío hizo que me perdiese bastantes partidos", reconoció el jugador, quien, en cambio, rechazó que esas ansias estuviesen motivadas por su cita con la selección y la lucha que hay en ésta por los puestos de delantero: "No, no. Yo quería jugar en el Calderón por el Sevilla, la convocatoria ya estaba hecha y pude parar, no jugar en el Calderón y sí ir con la selección. Fue por el Sevilla, por ayudar al equipo. La selección es un premio por el trabajo que haces con el Sevilla".

Aclarado el asunto, Negredo explicó por qué debió parar, teniendo en cuenta que las resonancias no evidenciaban nada claro: "En lesiones musculares hay que tener cuidado, y más si siente un puntito de dolor en una zona que yo utilizo para arrancar". "No me gusta perderme ningún partido ni estar en la grada, quise forzar para ayudar, y lo que hice fue perjudicar al equipo y a mí mismo. Reconozco que las ganas pudieron más que la cabeza, pero de los errores se aprende, servirá para el futuro", zanjó.

Además, también se ofreció como el referente que está echando de menos el equipo: "He vuelto con muchísimas ganas, siempre con un poquito de precaución, pero me encuentro muy cómodo, muy a gusto, no noto nada de la lesión y voy cogiendo el ritmo y la forma para llegar a tope el domingo". Además, dejó claro quién tiene la responsabilidad goleadora del Sevilla: "Presión no tengo, pero está claro que los delanteros centro natos somos Fredy y yo. Manu ha jugado y ha respondido, pero ése no es su puesto. Él lo sabe, todos los sabemos. Cada uno tiene sus posiciones. Y en ese sentido la baja de Fredy y la mía te merman un poco, pero ha sido sólo un bache en estos tres últimos partidos", dijo Negredo, que evitó entrar en el debate sobre cuál debe ser la pareja atacante: "Es decisión del míster, los que saltemos al campo intentaremos hacerlo lo mejor posible".

Por último, se mostró seguro del apoyo de la afición "en un partido complicadísimo ante un grandísimo rival" y habló del balance defensa-ataque: "Para atacar lo primero es defender y el año pasado no lo hacíamos bien. Este año nos estamos beneficiando de eso. A lo mejor repercute la solidez en los interiores, que no tiran tanto para delante, pero es clave defender. Con el potencial que hay es importante dejar la portería a cero para ganar".