Sevilla FC

El modelo va cuajando

  • El Sevilla concluye las pruebas antes del gran reto de la Champions con más sensaciones positivas que negativas

  • La profundidad contrasta con la discontinuidad y las dudas defensivas

Nolito, Escudero, Carlos Fernández y N'Zonzi, en un rondo con Esteban Uglessich, ayudante de Eduardo Berizzo.

Nolito, Escudero, Carlos Fernández y N'Zonzi, en un rondo con Esteban Uglessich, ayudante de Eduardo Berizzo. / fotos: víctor rodríguez

Adiós a la etapa de exámenes y paso a la fase competitiva. Esta temporada no hay Supercopas continentales o nacionales con las que calibrar el nivel del Sevilla de una forma agradable, con el colchón que otorga saber que esas derrotas son efímeras. Este curso que empieza el miércoles lo hace de forma trascendental: todo el proyecto depende de lo que ocurra en ese cara o cruz con el Basaksehir turco, un rival inferior, sí, pero al que hay que superar si Eduardo Berizzo no quiere que se le tuerza todo de inicio como ya les ocurriera a Antonio Álvarez en 2010 o a Marcelino justo un año después.

La plantilla del Sevilla ya prepara con mimo la cita. El balón de las estrellas copa ya todos los focos y Berizzo debe abundar en la mejora de un modelo al que aún le quedan aristas por pulir aunque el boceto presenta más detalles positivos que negativos. Cierto es que la planificación está inconclusa y falta ese jugador que llene el hueco en esa posición enconada del lateral izquierdo. Con ese lastre tendrá que tirar Berizzo ante los turcos cruzando los dedos por que no se resfríe Escudero so pena de tener que ubicar ahí a Lenglet, que ya sufrió en un amistoso porque no es su puesto, o Sarabia, hecho a ser el comodín de las dos bandas.

Dejando al margen la planificación, hay que volver a la buena imagen que dejó el Sevilla ante la Roma, con matices. El equipo de Berizzo es fiel a la idea de mandar con el balón, pero sin manosearlo mucho. En la fase ofensiva ha demostrado profundidad, gracias a la clarividencia de Banega o Krohn-Dehli, al talento innato de Nolito y al gran momento del explosivo y desequilibrante Correa. Pero también ha evidenciado falta de continuidad, algo en lo que quizá tenga que ver la situación de incertidumbre de N'Zonzi -puede ser también una apreciación errónea, fruto de una simple evolución de forma-, y, sobre todo, cierta carencia de gol en los especialistas Ben Yedder y Muriel. El Sevilla ha paliado esto con la aportación de otros hombres y la mejor prueba es la exhibición de Nolito, en colaboración de Escudero, ante la Roma. También con un fútbol más directo, más largo -Pareja y Lenglet son especialistas- o disparos lejanos.

En la fase defensiva, el centro del campo se siente más cohesionado con Pizarro, ya sea junto a N'Zonzi o en solitario. El argentino tiene esa cultura defensiva que lo impele a abarcar terreno, recuperar posiciones y realizar coberturas, esa labor que tuvo que asimilar N'Zonzi en su día. Banega y Krohn-Dehli ya están hechos a esa cultura de la presión que intenta acentuar Berizzo y Montoya puede ayudar en eso por su pujanza. Ante la Roma, es verdad, hubo algunas lagunas por los espacios creados a sus espaldas y alrededor de N'Zonzi. Demasiados pasillos para frenar las transiciones ataque-defensa que se encargó de obturar Pizarro cuando salió.

En cuanto a la zaga, las dudas persisten, aunque la realidad no sea tan desconcertante. El buen momento de Pareja ha tenido el premio de su citación internacional, Lenglet crece con rapidez y ante la Roma tuvo rapidez y capacidad de concentración y reacción y Kjaer tiene una calidad defensiva contrastada. La lesión de Carriço, empero, no ha ayudado a solventar la incertidumbre sobre su potencial aportación. Y los agujeros más palpables están en los flancos. En el derecho porque Mercado no acaba de estar cómodo ahí y Corchia ha mostrado más en ataque que en defensa. Y en la izquierda porque, de momento, sólo hay un lateral. Pero las dudas en defensa son ya un clásico...

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