Sevilla | Villarreal

La olvidada Liga

  • El Sevilla afronta un duelo crucial ante el Villarreal con la obligación de volver a ganar para asegurarse Europa

  • Castro ya lo calificó de "final"

Tiempos de marketing, tiempos de mercantilismo descarado, el declinar de la civilización ya no escapa a nadie en medio del diluvio. José Castro calificó de final el partido de este mediodía ante el Villarreal en su comparecencia previa al viaje a Múnich. Sin embargo, la cercanía de la final de la Copa del Rey corrió un tupido velo de inoportunidad con la presentación de las camisetas que lucirá el Sevilla ante el Barcelona. Entre la final de Múnich y la de la Copa, la finalita con un rival directísimo por un puesto en Europa, donde el equipo de Nervión, por trayectoria, tradición, presupuesto, plantilla... por respeto a sí mismo, tiene que estar el año que viene. Pero ayer las conversaciones versaban más sobre el dorado escudo de esa camiseta que sobre la urgencia con la que todo el sevillismo debe vivir la final de hoy.

Se enfrentan este mediodía, después de la afortunada rectificación de LaLiga adelantando la hora desde la inicial franja nocturna para que la noche sea sólo para el inicio de la Feria de Abril, dos equipos con el denominador común de la irregularidad. Más irregular el equipo de Montella que el de Calleja, aunque éste cayó antes de la Liga Europa que aquél de la Liga de Campeones. Tal es el bache de ambos en estos momentos que los dos han sido adelantados por el Betis y ahora deben mirar por el retrovisor al Girona, la siguiente amenaza. Y tal es el socavón liguero del Sevilla que no ha sido capaz de aprovechar que el Villarreal ha perdido tres de los últimos partidos que ha jugado: ante el Girona en casa, en el feudo del colista Málaga y de nuevo en su estadio frente al Athletic. En cambio, fue capaz de imponerse al Atlético (2-1) y también de ganar en Las Palmas (0-2).

Este mismo periodo lo inició el Sevilla venciendo al Athletic, último triunfo previo a una racha de cuatro partidos sin ganar: Valencia (0-2), Leganés (2-1), Barcelona (2-2) y Celta (4-0). Claro que entre estos partidos ha jugado dos eliminatorias de Champions con un solo triunfo en las cuatro citas, la admirable hazaña en Old Trafford (1-2) antes de esa mezcla de infortunio, impotencia y conformismo con el Bayern Múnich.

En teoría, dejada atrás ya la Champions hasta no se sabe cuándo, la Liga debería tomar toda la energía del Sevilla... pero el marketing ha imbricado la Copa antes de tiempo, solapando indirectamente el trascendental encuentro de este mediodía. La Liga parece olvidada todavía...

Aun así, los profesionales son conscientes de lo que se juegan. O deberían serlo. Es una incógnita cómo habrá encajado la plantilla la eliminación de la Champions, por muy honrosa que algunos hayan querido pintarla. Este equipo que ha rendido infinitamente más en los torneos por eliminatorias que en los de la regularidad rutinaria se enfrenta a su propio espejo con la cita del Villarreal. Y debe mirarse a los ojos y pensar que si se queda fuera de Europa la vergüenza puede durar casi lo mismo que el recuerdo de la hazaña de Old Trafford o la final de la Copa del Rey. Porque nadie le garantiza que gane la Copa y porque se trata de la plantilla más cara de la historia del Sevilla de largo, una plantilla que además ha sido reforzada en enero con cuatro futbolistas, algo también inédito en la trayectoria del club nervionense. De momento, Montella no les ha sacado partido los refuerzos, a ninguno. Y ya queda poco para ponderar su rendimiento. Ya sólo queda tiempo de apretar los dientes, dejar a un lado las estrellas y los dorados y jugar ante el Villarreal como si fuera Mourinho en lugar de Calleja el que estuviera en el otro banquillo. Con los que jugaron en el Allianz Arena o con otros. Eso ya da igual. El Sevilla está obligado a ganar hoy, por encima de mercantilismos y oropeles. Por su simple honor.

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