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Un paso adelante, dos atrás

  • Tras el plan ambicioso del presidente Ramírez con los fichajes de Vitolo, Calleri o Aquilani, el técnico da un matiz defensivo al manual de Setién

Vitolo, con su gran amigo Jonathan Viera en el entrenamiento de la UD Las Palmas antes de viajar a Sevilla.

Vitolo, con su gran amigo Jonathan Viera en el entrenamiento de la UD Las Palmas antes de viajar a Sevilla. / ángel medina g. / efe

La Unión Deportiva Las Palmas que asomará esta noche por la bocana del Ramón Sánchez-Pizjuán respeta el legado de Quique Setién, pero con ciertos matices. Manolo Márquez, su relevo en el banquillo, también toma como base ese 4-1-4-1 que sublima la posesión del balón, la iniciativa y el toque como piedra angular, pero tiene menos remilgos que el hoy técnico del Betis para dar una pátina más defensiva y retocar el dibujo para un 4-2-3-1. En Mestalla, en el primer partido de esta Liga, Lemos actuó como único medio centro por detrás de cinco piezas ofensivas y desde entonces, han sido dos los pivotes. Su giro defensivo le ha resultado: tras la paliza del Atlético en la isla (1-5), los canarios sacaron la cabeza en La Rosaleda (1-3) y acaban de confirmar su despegue con su esforzado triunfo ante el Athletic con esa maravilla de gol de Remy.

Sin balón

Javi Castellano se sitúa junto a Aquilani para fortalecer el eje y liberar de tareas defensivas al veterano regista italiano. Roque Mesa, que era el recuperador de balones más eficaz de la Liga, dejó un vacío en la sala de máquinas que el entrenador, Manolo Márquez, parece que ya cubre con esa variante, que sacrifica uno de los dos mediapuntas que Setién solía disponer por zonas interiores.

En la línea de cuatro defensores prima la versatilidad y la velocidad de reacción sobre la corpulencia y los centímetros. Ximo Navarro, lateral derecho que también rinde como central en el perfil diestro, va en esa línea que ya marcan el hoy ausente Bigas, consolidado en el eje, y Lemos, que ya ha dado el previsible paso adelante y cada vez tiene más peso específico.

La salida del balón jugado desde atrás, que tantos quebraderos de cabeza le dio a Javi Varas y sobre todo Lizoain -los porteros de Las Palmas la pasada campaña-, ya no resulta tan innegociable como en la etapa con Quique Setién.

Con balón

El juego en corto, de constantes apoyos, permutas y desdoblamientos, sigue siendo la biblia del equipo grancanario. Lemos asume el protagonismo muy atrás, Aquilani unos metros más arriba y en tres cuartos de cancha, Jonathan Viera es el gran surtidor en espera de que Vitolo, el hombre llamado a darle el gran salto de calidad hasta enero, termine de acoplarse. El ex sevillista debutó en Mestalla, pero sufrió una distensión en la rodilla derecha que lo tuvo de baja ante el Atlético de Madrid y el Málaga. Reapareció ante el Athletic el pasado domingo, pero evidenció que su ritmo de juego está lejos de ser el idóneo.

Los canarios, siendo cadenciosos en su ritmo, han ganado en verticalidad y electricidad arriba con Calleri y Remy. El argentino pelea, se faja y es listísimo para buscarse el remate, y el francés es un cañón que ejecuta con calidad y potencia, como pudo comprobar el Athletic hace unos días.

Lo mejor

El talento y el buen trato del balón siguen identificando el juego colectivo. Y esta campaña, pese a la marcha de Kevin Prince Boateng, ha afilado sus ataques con delanteros punzantes.

Lo peor

Cuando el rival imprime un ritmo alto y sostenido, pierden el balón y acaban sufriendo mucho atrás.

El perfil

Caricatura de Calleri Caricatura de Calleri

Caricatura de Calleri

Jonathan Calleri (Buenos Aires. 23-09-93), como su compañero Hernán Toledo, se obedece a un club de la segunda división uruguaya llamado CD Maldonado. Hay que leer la letra pequeña: la entidad charrúa es controlada por un fondo de inversión británico que lo utiliza como club puente para sus tejes y manejes. Así ha acabado cedido Calleri en la UD Las Palmas, que difícilmente va a tener capacidad económica para ficharlo a final de temporada si triunfa. Después de un año para el olvido en el West Ham, el chico ha llegado con hambre a la isla y ha elevado mucho el nivel con respecto a su precedesor Livaja, lo que no era muy difícil. Ante el Atlético marcó un bello pero estéril gol de cabeza y en Málaga se fabricó un tanto de nueve de los buenos, aguantó al central, maniobró y soltó un latigazo al techo de la portería. Es un matador que necesita muy poco para ejecutar.

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