Antonio Ángel era un pasajero más que estaba esperando para coger un avión en el aeropuerto romano de Fiumicino. "Estaba cansado del viaje, pero nos encontramos con el piano y mis amigos me pidieron que tocara el himno del centenario". Él aceptó la proposición y se convirtió en el centro de atención de la terminal. "Poco a poco la gente se fue acercando y cantando el himno", relata. Los sones compuestos por El Arrebato atrajeron a sevillistas, que también esperaban para volver tras el Lazio-Sevilla, y a viajeros en general. "Todo el que pasaba, se paraba", cuenta sorprendido".
El momento especial que se vivió en el aeropuerto solo fue el principio. Muchos móviles grabaron la actuación de Antonio Ángel y su pericia sevillista ante el piano se propagó por las redes sociales. "Sabía que se podía compartir, pero no tanto", explica refiriéndose a las muestras de admiración que ha recibido estos días. Joaquín Caparros y el propio Sevilla han sido algunos de ellos.
Cuando las cosas se hacen con sentimiento salen cosas tan bonitas como esta. @A_Lpianista https://t.co/h1Zx9VRtiu
— Joaquín Caparrós (@JoaquinCaparros) 15 de febrero de 2019
Enfermero y 'caminante rojo'
Antonio Ángel, a pesar de haber cursado once años de piano en el Conservatorio Profesional de Música Francisco Guerrero, es enfermero de profesión. Trabaja en el Hospital de San Juan de Dios de Bormujos, pero no se ha olvidado de la música. Tiene un grupo de flamenco con algunos amigos llamado Puro Canalla. Y cuando juega el Sevilla, es un miembro más de la Peña Sevillista Los Caminantes Rojos, con la que viajó a Roma para ver el triunfo de su equipo y para deleitar con su arte en el aeropuerto de Fiumicino. "Soy enfermero, sevillista y pianista", finaliza orgulloso.
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