El Sevilla afrontará la primera final de la temporada sin todos sus efectivos y justo antes de embocar un durísimo tramo de Liga. Lo hará además después de un empate labrado con muchísimo esfuerzo y bajo el aguacero ante el Alavés. Para este partido no pudo contar Julen Lopetegui con los dos lesionados de media duración, Jesús Navas y En-Nesyri, y tampoco pudo hacerlo con Delaney y Lamela, por dolencias no desveladas por el club. Además, Suso terminó tocado el partido.

La única pista al respecto la dio Julen Lopetegui al término del sufrido y frustrante empate ante los vitorianos. "Lo de Suso no tiene buena pinta, se une a Lamela y Delaney", dijo crípticamente, aunque por el contexto se podría entender que los tres tendrían difícil estar ante el Wolfsburgo. Sin embargo Lamela sí se ejercitó ayer.

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— Sevilla Fútbol Club (@SevillaFC) November 21, 2021

En cambio, Papu Gómez, sobre el que había incertidumbre desde que sufriera un golpe en la rodilla con Argentina, sí jugó el rato final del partido ante el Alavés. Incluso dio el centro que pudo brindarle el triunfo al Sevilla, con ese remate de Munir que sacó bajo la raya, o detrás de esta, Pacheco.

La actuación de Muñiz Ruiz y González González llenó de frustración a los sevillistas. Muchos aficionados se han indignado con lo que entienden un trato perjudicial de forma premeditada e incluso han recordado las nefastas estadísticas con el colegido leonés, ya retirado y que ahora ya sólo es auxiliar de VAR. Fue el que avisó al novel Muñiz Ruiz de la dudosa mano de Ocampos. Y no vio punible la de Tomás Pina –parece que el balón da antes en la cadera– ni rearbitró el cabezazo de Munir.

Estadísticas de González Gonzalez con el SFC:8 victorias 7 empates 16 derrotas.Números de descenso, en la mejor época historica del Sevilla en cuanto a números, casualidad? Fue el árbitro del VAR ayer, esto no lo escuchareis a nivel nacional.

— Luis (@Luis86143429) November 21, 2021

LaLiga no ha instalado el ojo de halcón y por ahí eludieron toda polémica los dos árbitros: Muñiz Ruiz, tras atender el pinganillo, pitó el final. Pero todo esto debe quedar en el olvido para la final ante el Wolfsburgo. Sí debe quedarse la plantilla con la reacción y capacidad de supervivencia, escenificada en ese gol de Rakitic que significó algo más que un simple punto.