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El repliegue manda

  • Garitano ha moldeado un equipo que maquilla sus carencias con gran intensidad y verticalidad en las alas

  • Llegar a gol es su gran hándicap

Asier Garitano, en una sesión de comienzos de temporada con el Leganés.

Asier Garitano, en una sesión de comienzos de temporada con el Leganés. / chema moya / efe

Sin más pretensiones que las que le permiten uno de los presupuestos más bajos de Primera, el Leganés es un equipo que demasiado tiene con subsistir. No se le puede pedir un juego de tiralíneas que se ha demostrado que no siempre es lo más práctico para mantener la categoría. Asier Garitano ha moldeado un equipo aguerrido, intenso, pesado para sus rivales, tosco y hasta rudimentario, pero también con las ideas muy claras y vertical y resolutivo (remate a un golpeo) cuando el balón cae a las bandas.

Hace tiempo que no gana a domicilio, pero en Butarque ha solventado sus dos últimos compromisos. Fue a su manera, sobre todo en la última jornada ante el Granada, con problemas para generar ocasiones, pero con unas características que a veces resultan incómodas para el adversario que, aunque atesore más calidad, quiera hincarle el diente.

sin balón

La primera presión la ejerce un delantero que seguro que ha estudiado bien los movimientos del Sevilla en la salida de balón. Guerrero se mata a correr para que la salida del rival no sea limpia y para facilitar que la recuperación sea el primer paso para impedir que el enemigo progrese. Garitano ordena repliegue tras la pérdida para volver a recuperar en superioridad numérica aunque sea en zona de campo propio. No obstante, si sus rivales logran llevar a cabo transiciones rápidas el sistema defensivo sufrirá porque el equipo, sobre todo en zona de centrales y también en los laterales, no repliega tan rápido. También es cierto que no deja mucha distancia entre su portero y la espalda de la defensa. Más bien poca.

con balón

El mayor peligro del Leganés en ataque puede decirse que se concentra en los extremos. Tanto El Zhar, por la derecha, como Szymanowski en la izquierda son los jugadores más en forma del equipo y los que le dan sentido a un modelo de juego basado en tres pilares: la intensidad, el repliegue y el despliegue veloz en transiciones defensa-ataque. Ahí, junto a otros jugadores como Omar o Machís ejecutan con velocidad y verticalidad, buscan los espacios para Guerrero (que se puede mover en arrastres hacia la izquierda) o Alberto Bueno si tiene minutos.

Si no encuentra la oportunidad del juego de desborde o contraataque, el equipo de Garitano se dejará llevar por el ataque directo, en el que Guerrero puede aguantar el balón de cara a los pivotes y la gente de segunda línea.

lo mejor

Aunque utiliza un método previsible para llegar a la portería contraria, a veces resulta difícil de contrarrestar. Contragolpea bien y pone intensidad sin balón.

lo peor

Una fase ofensiva rudimentaria, unido a que está siempre atento al repliegue, le hace atacar con pocos efectivos y como consecuencia genera escasas ocasiones en un partido. Es el equipo menos goleador del campeonato (21 goles) y sólo ha anotado 9 fuera de casa (el Athletic, sólo 7).

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