Sevilla-Getafe

Somete al rival a una tortura insoportable (2-0)

Un Chicharito eufórico corona la piña de sevillistas que celebran el 2-0 de Ocampos.

Un Chicharito eufórico corona la piña de sevillistas que celebran el 2-0 de Ocampos. / Antonio Pizarro

Triunfo de tremendo valor por parte del Sevilla de Julen Lopetegui en una semana en la que ha sido capaz de completar un pleno al calor de los suyos. Tres alegrías, nueve puntos en diferentes competiciones, eso sí, y la sensación de que los hombres que visten de blanco someten al adversario a una suerte de tortura cada vez que éstos tienen que pasar por el Ramón Sánchez-Pizjuán. Hasta que el adversario acaba claudicando y da su brazo a torcer por verdadera impotencia.

Le sucedió al Levante hace sólo siete días y también acabó por pasarle al Getafe de Bordalás. Los madrileños rescataron sus señas de identidad de estos últimos años, pero la percusión de Ocampos, Jesús Navas, Banega y compañía es tal que no hay pared que resista tantos embates. Felipe González habló en su día de gota malaya cuando en realidad el método de tortura sicológica era la gota china y más o menos a eso se asemeja este Sevilla tan bien trabajado por el entrenador vasco.

Los blancos, como si fuera esa gota que cae sobre el reo cada cinco segundos hasta derribarlo, percuten y percuten, no se cansan de hacerlo y, claro, de tantas veces como se acercan al área acaban provocando el error de un contrincante que no puede más, que se da por vencido y acepta con naturalidad la derrota ante semejante vendaval de juego.

Con la entrada de Óliver Torres y Franco Vázquez, el fútbol que generaban los anfitriones era aún más punzante y llegó el 1-0

Si encima comparece desde el banquillo unos tales Óliver Torres o Franco Vázquez para armar la jugada que dio origen al primer gol, el de Chicharito, pues por ahí también hay otro aspecto digno de ser valorado. La pasada semana era Luuk de Jong quien decidía pese a no figurar en el once inicial, esta vez el gol era para el titular, pero la génesis de todo estaba en los refrescos que ya habían ingresado en la cancha.

Particularmente fenomenal fue el pase de Óliver Torres para observar el desmarque de Chicharito y ponerle una pelota milimétrica ante una zaga que hasta entonces se había mostrado igual de fiable que siempre para alejar a los sevillistas de David Soria. Y no, no se le quita para nada ni el más mínimo mérito a la definición del mexicano, que tuvo un golpeo excelente con la izquierda para superar con clase y precisión la salida de un David Soria que antes sí le había sacado una muchísimo más fácil para el delantero nervionense.

Lopetegui apostó exactamente por los mismos once hombres que contra el Levante, tenía motivos para estar satisfecho con ellos

El Sevilla conseguía el premio que había estado buscando durante todo el partido y el electrónico hacía justicia a su fútbol. Pero ni siquiera así se conformarían los verdugos que defienden el sevillanísimo escudo de la fe balompédica radicada en Nervión. Poco después, el pase, igual de bueno que el anterior, correspondería a Jesús Navas, quien vio a Ocampos en condiciones inmejorables y puso la pelota en el sitio justo para que el argentino controlara, driblara con calidad a David Soria y empujara el esférico al fondo de la red. ¿Cuántos pases de gol acumula ya el palaciego en su vasta carrera?

Los sevillistas pudieron ver incluso ese balón que se ha inventado LaLiga, que resulta tan complicado de seguir por sus colorines, entrar dos veces en el marco de David Soria, pero pudieron ser incluso más, porque la escuadra de Lopetegui no cesó de apretar desde el tañido inicial. Es verdad que el Getafe también tenía sus armas, como siempre, pero ni siquiera una escuadra tan aguerrida como la de Bordalás pudo resistir hasta el minuto 96, que fueron los que se jugaron añadiendo las dos prolongaciones.

Lopetegui no tuvo dudas en su plan de partida, exactamente los mismos hombres que habían acabado horadando la muralla del Levante eran los once elegidos, Chicharito entre ellos por supuesto y también Nolito en el interior izquierdo. Con ese planteamiento su dominio fue total en el primer periodo, pero las opciones más prometedoras le correspondieron al sanluqueño y acabaron con disparos detenidos por David Soria.

Pero el plan no se alteró en el intermedio y sólo sufriría los retoques pertinentes con el carrusel de sustituciones. Ya había fallado Chicharito un gol clarísimo en un fenomenal pase de Banega cuando ingresó Óliver Torres, entonces se produjo el tiro del propio Banega al poste, y después salió Franco Vázquez. Los dos revulsivos iniciaron la jugada del uno a cero.

El Sevilla provocaba así otra explosión de júbilo de los suyos, que se doblaría después con el tanto de Ocampos en una jugada ideal para ello porque casi se metió en la portería con el balón. No es fácil ganar dos citas consecutivas de Liga en casa, pero es que este equipo de Lopetegui ataca de tal manera que somete a sus adversarios a una suerte de tortura. Hasta que claudican, no hay otra.

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