Partido importantísimo el que tenía que disputar en la matinal del domingo el Sevilla Atlético contra un rival directo como es el Don Benito. El filial franjirrojo pretendía sumar de tres después de llegar con la moral más que reforzada tras hacer el partido del año en Granada ganando con ocho jugadores.

La tarea no iba a ser fácil puesto que las ausencias de tres jugadores de vital importancia para Luci como son Bryan Gil, Curro y Juanpe hacían presagiar que el cuadro hispalense se resentiría al perder a los que, probablemente, son sus tres hombres más importantes de cara a las llegadas al área rival

Por si esto fuera poco, el Don Benito no iba a visitar las instalaciones sevillista sólo, sino que vendría acompañado de una marea de unos 500 extremeños que se hicieron notar en el Jesús Navas y que estuvieron volcados en todo momento con su equipo.

El cuadro de Juan García saltó al césped de la ciudad deportiva sevillista sabedor de la necesidad que tenían de sacar algo positivo de aquí ya que el final de temporada se acerca y las posiciones de peligro cada vez se ven más oscuras.

El partido comenzó tranquilo, con ambos equipos tanteándose y sin ninguna ocasión reseñable, excepto un intento de gol olímpico de Pejiño, para ninguno de los dos conjuntos, pero ésto sólo sería pasajero.

Durante la primera media hora de juego el choque estuvo más que calmado hasta que fue Genaro el primero que inquietó la portería rival con una ocasión que acabó deteniendo el portero visitante Leo cuando corría el minuto 35.

Tras esta ocasión el Don Benito despertó y Gonzalo Barroso empezó a tirar del carro de los visitantes. El descanso se acercaba y se seguía palpando la tensión y fue David Agudo el primero en asestar un golpe al partido, un golpe psicológico. El jugador visitante abría la lata del encuentro justo antes del descanso y dejaba a los de Luci tocados y con la papeleta de tener que reaccionar después del mismo.

El filial sevillista, a pesar de las bajas supo reaccionar en el segundo acto y salió revitalizado tras la charla de Luci. Primero sería Miguel Martín el que lo intentaría de falta pero no sería hasta el minuto 60 cuando Djak Traoré conseguiría el empate que acabaría siendo decisivo para el desenlace del choque con un gran testarazo a la salida de un córner.

Después del gol sevillista, las aguas parecieron calmarse de nuevo y ambos equipos se controlaban mutuamente en vez de lanzarse a por el segundo tanto y llevarse la victoria.

El Don Benito tuvo un par de arreones finales entre los que tuvo la opción de haber marcado el segundo tanto con un disparo al palo de Abraham Pozo que se acabó quedando en nada y que podría haber significado el tanto decisivo del partido.

Manu Sánchez fue el más insistente para el cuadro local pero los hombres de Luci no parecieron querer buscar a la desesperada el gol y prefirieron guardar la ropa para conseguir un punto importante en vez de perder un partido contra un rival directo por la lucha por la salvación, que hubiera significado un duro mazazo para las aspiraciones sevillistas.