Tomás Monago

Si hay un mes que ejemplifica la evolución de la bolsa en 2010 éste es mayo. El día 10, empujada por la aprobación del fondo de rescate europeo, registró la mayor subida en un día de toda su historia: nada menos que un 14 por ciento. Fue un verso suelto en un momento marcado por la crisis de la deuda soberana en Europa, con Grecia al borde del abismo y Portugal y España arrastrados por la marea y obligados a acometer durísimas reformas. El repunte histórico vino precedido de un castigo con pocos precedentes en los días anteriores y no fue suficiente para evitar una caída mensual del 10 por ciento, la segunda mayor del año tras la del fatídico noviembre. La palabra que resume el año es volatilidad, y una buena prueba es que cinco meses del año terminaron en positivo y siete en negativo. Pero predominó la curva descendente, hasta el punto de que el Ibex perdió la mitad de lo que había ganado en 2009. Hasta hoy, la crisis se ha reflejado en bolsa con grandes alzas y caídas anuales. En 2008, la quiebra de Lehman Brothers redujo su valor un 39 por ciento; hace dos años, cuando las expectativas respecto a la salida del túnel eran más optimistas, subió un 29,8 por ciento y en el ejercicio pasado cayó un 17,4 por ciento. Las tensiones monetarias en la zona euro afectaron en 2010 a la financiación de los Estados periféricos, entre ellos España, y eso tuvo una clara repercusión sobre todo en el sector bancario. Las seis entidades españolas cotizadas sufrieron en carne propia la desconfianza creciente en la marca España, con una bajada media de hasta el 28 por ciento (60.000 millones en valor), muy por encima de la media del Íbex. Las ganancias de 2009, del 13,59 por ciento, quedaron así dilapidadas. El comportamiento del Íbex contrasta con la evolución de las bolsas más importantes de Europa, que registraron o subidas significativas o leves bajadas. Así, el DAX 30 de Fráncfort ganó un 16 por ciento más y el FTSE de Londres subió un 10 por ciento, mientras que la plaza de París cayó algo, un 2,2 por ciento. El contraste con los países periféricos es evidente: Lisboa descendió un 9 por ciento, Madrid el mencionado 17 por ciento y Atenas hasta un 40 por ciento. En el Íbex sólo nueve valores terminaron el año en positivo, y de ellos dos lo hicieron por encima de los demás, ajenos a la coyuntura española. Por un lado, Iberia elevó su valor un 68 por ciento impulsada por la culminación de su fusión con British Airways, mientras que Inditex vio fortalecido su modelo de negocio de moda a precios económicos, y sus títulos sumaron un 32 por ciento en 2010. Dos islas en medio de un año muy difícil.