El cardenal George Pell, jefe de las finanzas vaticanas, compareció ayer ante un tribunal en Melbourne (Australia), que decidirá si le abre una causa por supuesta pederastia y donde la defensa denunció la falta de respeto a la presunción de inocencia. El tribunal analizará durante las próximas cuatro semanas si hay pruebas suficientes para procesar el cardenal por las "múltiples" acusaciones históricas en su contra, cuyo número y detalles se desconocen por estar bajo secreto de sumario. El prelado australiano, de 76 años, vestido con una chaqueta beige, camisa negra y alzacuellos, entró al tribunal en silencio y rodeado de una veintena de agentes, mientras una mujer le gritaba: "Vete al infierno, George Pell".
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