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Sociedad

Condenado a 61 años un policía local juzgado por abusos a menores

  • El individuo, agente en la localidad castellonense de Burriana, coaccionó a una decena de niños para abusar de ellos.

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón ha condenado a 61 años y seis meses de prisión al policía local de Burriana juzgado por abuso y prostitución de menores. Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia a través de su cuenta en Twitter, el tribunal considera que el agente municipal "forzaba a los menores con la amenaza de entorpecer las causas judiciales y policiales que tenían pendientes". El juicio se celebró a finales del pasado mes de enero y en él declararon seis jóvenes que afirmaron haber sido víctimas de abusos sexuales por parte del condenado.

En sus conclusiones finales, la fiscal había elevado de 98 a 108 años la pena solicitada para el policía local de Burriana al considerar que uno de los jóvenes declaró en el juicio una agresión sexual, que no expresó durante la fase de instrucción. La sentencia considera probado que entre 2007 y 2014, el acusado se valió de su condición de agente de la Policía Local y, bien directamente o a través de terceras personas, contactó con menores varones de entre 14 y 16, que estaban en situación de precariedad económica o con historial delictivo en la jurisdicción de menores.

El acusado les prometía mediar en los asuntos policiales o judiciales, les entregaba diferentes cantidades de dinero que oscilaban entre los 20 y los 50 euros y les amedrentaba con entorpecer sus procedimientos judiciales, para así mantener relaciones sexuales con los menores, quienes no oponían resistencia física ante el temor a las posibles consecuencias. La sentencia explica que a lo largo de esos años mantuvo relaciones con nueve menores y lo intentó con un décimo con el que no consiguió su propósito. El acusado declaró en el juicio que los hechos de los que se le acusaba eran fruto de un "complot" contra él y que los testigos protegidos se habían puesto de acuerdo para sacarle dinero.

Sin embargo, el magistrado presidente considera que no hay motivo alguno para "desvirtuar la credibilidad del testimonio de los menores". Los testigos y las pruebas periciales, a juicio del magistrado, constatan que todos los testigos señalaron que el procesado les enseñó fotos en su teléfono móvil de otros testigos y menores en "posiciones eróticas", lo cual está acreditado por el informe pericial de la Guardia Civil. Además algunos relataron las relaciones sexuales que mantuvieron en un despacho que el acusado tenía alquilado en la calle Vela de Castellón, hecho corroborado por el propietario del inmueble.

También se refiere a la intervención policial del teléfono del acusado en el que había registrada un gran número de llamadas salientes con jóvenes menores de edad, así como llamadas a instituciones públicas preguntando sobre trámites administrativos a seguir en expedientes con menores. Y asegura que en su ordenador tenía una recopilación de fotografías de jóvenes que guardaba clasificadas por país de procedencia. La sentencia dice que los hechos son constitutivos de nueve delitos de prostitución y corrupción de menores, siete delitos de abusos sexuales y descarta los delitos de agresión sexual que también había formulado la Fiscalía. Se le condena así a 61 años y seis meses de prisión y a una multa de 48.600 euros, además de a indemnizaciones para los jóvenes por daños personales y psíquicos y daños morales por un total de 119.000 euros.

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