La vuelta a España que una niña de doce años de Reus (Tarragona) iba a realizar al volante de un coche de autoescuela acompañada de su padre, profesor de seguridad viaria, ha quedado suspendida, a la espera de que la Fiscalía de Menores se pronuncie sobre la legalidad de la iniciativa.

La menor, Claudia Fornos, acompañada de su progenitor, debía iniciar hoy en Reus un periplo de 3.600 kilómetros en una semana por toda España, con el objetivo de concienciar a los más jóvenes sobre la importancia de la seguridad viaria.

La familia, sin embargo, ha decidido suspender temporalmente este reto a petición de los Mossos d'Esquadra, que han abierto diligencias informativas y las han remitido a la Fiscalía de Menores para que se pronuncie sobre la legalidad de este viaje.

La Policía catalana considera que con esta acción el padre puede incurrir en una "imprudencia grave" en el ejercicio de la patria y potestad de la menor, así como en un delito contra la seguridad del tráfico, al poner en peligro la integridad de la niña, que estudia sexto de Primaria.

Los Mossos d'Esquadra aseguran en su informe que un menor de 12 años no reúne las actitudes necesarias para conducir un vehículo y, mucho menos, está preparado para circular durante siete o más horas diarias, como se daría en este caso.

La Policía arguye además que la finalidad de esta iniciativa no es la formación viaria de la niña, sino que el padre "lo hace con ánimo de lucro, utilizando a su hija para hacer publicidad de la autoescuela", han indicado fuentes de los Mossos d'Esquadra.

Lo cierto es que esta iniciativa está amparada por la ley, ya que para realizar prácticas de conducir no se requiere una edad mínima, sino solo una estatura de, al menos, 1,35 metros. "Existe un vacío legal, pero es que a nadie se le había ocurrido antes hacer esto", han subrayado las mismas fuentes, que han señalado que el objetivo del padre tendría que ser "formar a los alumnos, no hacer que una niña de doce años conduzca".

Sin embargo, el peso de responsabilidad que pueda suponer este reto para una niña de 12 años no preocupa ni a padre ni a hija.

"Si yo, que he pasado por esta experiencia, se lo puedo explicar a los demás jóvenes y así evitamos accidentes, estaría muy contenta", ha confesado Claudia, mientras su padre, Jaume Fornos, asegura haberle insistido en que lo dejara siempre que se sintiese "presionada".