James Holmes, el presunto autor de la matanza de Aurora (oeste de Estados Unidos) durante el estreno de la película Batman, no se suicidó como suele pasar en este tipo de casos, lo que habilita a los criminólogos a cifrar esperanzas en poder comprender qué es lo que pasa por la cabeza de un desequilibrado.

Tras el tiroteo de la semana pasada en un cine de Aurora, en la periferia de Denver (Colorado), que provocó la muerte de 12 espectadores, el estudiante de 24 años se dejó arrestar por la Policía sin oponer resistencia.

"¿Buscaba acaso la redención? ¿Fue tal vez presa de remordimientos en el último momento? ¿O bien estaba buscando una tribuna para clamar no se sabe qué clase de verdad?", se preguntó el psicólogo Frank Farley, de la Universidad de Temple, en Filadelfia, en el este del país.

Que Holmes no haya decidido poner fin a su vida, como fue el caso de los autores de recientes masacres -por ejemplo, los dos adolescentes que mataron a 13 alumnos del liceo de Columbine, en 1999-, "es una más de las rarezas de esta historia", destacó otro psicólogo, Allen McConnell, de la Universidad Miami, en Ohio, al norte de EEUU.

"El hecho de que todavía esté vivo podría ayudar a esclarecer" los motivos que llevan a un individuo a cometer una masacre del nivel de la acaecida en Denver, se esperanzó McConnell.

Con los cabellos teñidos de rojo y naranja y la mirada extraviada, Holmes daba la impresión de estar seriamente perturbado el pasado lunes, cuando compareció por vez primera ante el juez.

Sus defensores tienen pensado pedir la no culpabilidad de su cliente, eludiendo a su locura, declaró un abogado de Denver, Scott Robinson.

Los retratos que los medios de comunicación hicieron de Holmes lo describen como una persona solitaria, que raramente saludaba a sus vecinos.

Su familia, que reside lejos de Denver, en San Diego (California), se ha negado a todo comentario sobre las relaciones que mantenía con el joven.

Jessica Cade, antigua compañera de Holmes en la Universidad California, en Riverside, lo presenta como "un muchacho muy gentil e inteligente. Un poco raro, como se podría esperar de alguien muy inteligente".

Pero otra estudiante, que supervisó un curso que Holmes hizo en un centro de investigación informática, lo describió como "mediocre". "Escuché decir que era brillante. Es totalmente falso", comentó.

James Holmes estaba preparando desde hace un año un doctorado en Neuorociencias en la Universidad de Colorado gracias a una beca de 26.000 dólares, pero en junio abandonó repentinamente el programa después de haber suspendido un examen oral, según un canal local de televisión.

"Creo que es muy importante que se analice el paso de James Holmes por la universidad", observó el profesor Farley. "Podría ser uno de los elementos que expliquen por qué comenzó a sentirse excluido de la sociedad".

La Policía indicó que existen indicios de que Holmes comprase más de 6.300 municiones de todo calibre en el corto lapso de tiempo de cuatro meses.

También se inscribió en Adult Friend Finder, que se promociona como "el mayor sitio del mundo para encuentros sexuales".

Entonces ya se había teñido el cabello de rojo anaranjado, como muestra el carné de inscripción a esta red social.

"¿Van a venir a visitarme a la cárcel?", preguntaba Holmes en su autorretrato, fechado el 5 de julio, señaló el sitio TMZ, que asegura haber contactado con tres mujeres que rechazaron insinuaciones del joven.

"Una de estas mujeres nos dijo que Holmes no estaba desesperado por hacer el amor sino que quería solamente charlar, nada sexual", afirmó TMZ.

La cadena de televisión ABC halló a su vez un vídeo filmado durante un curso científico que hizo en San Diego.

Las imágenes mostraban a James Holmes, que entonces tenía 18 años, exponiendo ante sus compañeros de clase. "Durante el verano, trabajé sobre una ilusión temporal. Una ilusión que permite modificar el pasado", aseguraba.