Sociedad

Ocho de cada diez adictas sufren también violencia machista

  • La mayoría tiene cargas familiares, circunstancia que limitan tanto el acceso a los recursos de acogida por maltrato como a los programas de tratamiento por sus dependencias

Ocho de cada diez mujeres con problemas de adicciones sufren también violencia machista y la mayoría de ellas tienen cargas familiares, circunstancias que limitan tanto el acceso a los recursos de acogida por maltrato, como a los programas de tratamiento por sus dependencias.

El perfil mayoritario de la mujer atendida por la red de Atención a las Adicciones (UNAD) en las distintas comunidades autónomas tiene entre 26 y 44 años, con hijos a cargo, en desempleo, con estudios de Primaria, que consume varias drogas y con más de 6 años consumiendo. Las principales adicciones que sufren las mujeres son alcohol, cocaína, cannabis y heroína, pero también a adicciones sin sustancia, como móvil, internet y compras.

Con motivo del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, que se celebró la pasada semana, el presidente de UNAD, Luciano Poyato, destacó la especial vulnerabilidad que viven las mujeres con adiciones, porque más del 80% sufre violencia por parte de sus parejas o ex parejas.

"El tener hijos a veces es una motivación para iniciar tratamientos de drogodependencias, pero para otras es una carga", según la experta de la Red de Atención a las Adicciones, Elisabeth Ortega, para la que deben adaptarse las necesidades de las mujeres los programas de intervención de adicciones.

"El sistema no entiende, ni atiende a las mujeres con problemas de adicciones", destacó la especialista de la Comisión Adicciones y Género, quien alertó de la falta de atención que existe hacia el consumo de psicofármacos en mujeres, "una realidad mucho más frecuente en ellas que en ellos". Los programas de atención por adicciones, no sólo atendieron a las mujeres que sufren este problema, sino también a sus familiares, que también tienen un perfil femenino. El 64% de los familiares que accedieron a algún tipo de ayuda eran mujeres.

"Las mujeres somos las que cuidamos a las personas con problemas de adicciones y lo hacemos con menor comprensión porque se da por hecho nuestro papel de cuidadoras", explicó Yolanda Besteiro, de la Fundación Mujeres Progresistas, que ha suscrito una alianza con la UNAD para abordar con mayor eficacia esa feminización de las adicciones.

La presidenta de Mujeres Progresistas destacó la invisibilidad de las mujeres en ese papel de víctimas de adicciones y de cuidadoras de personas que tienen ese problema.

"Es importante que se cuele el feminismo en las agendas de todos los ámbitos y más en este de las adicciones en el que estamos invisibilizadas" para facilitar el acercamiento a los tratamientos de esa mujeres.

Pero no sólo en el ámbito de los tratamientos, Besteiro reclamó "incorporar el género al interior de nuestras vidas, valores y trabajo como profesionales", así como implantar planes de igualdad en las distintas empresas y entidades.

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