Los precios de cereales y alimentos de primera necesidad se mantendrán en niveles altos a pesar de los récords de producción registrados, por lo que la amenaza del hambre podría extenderse a otros varios millones de personas, según un informe de Naciones Unidas dado a conocer ayer en Roma. "Los alimentos ya no son una mercancía barata", sentenció Hafez Ghanem, miembro de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que ha elaborado el informe Food Outlook.

"Los precios al alza agravan la ya insostenible escasez de alimentos que actualmente padecen 854 millones de personas", agregó. Ghanem advirtió del peligro de que "el número de personas que sufren hambre aumente en varios millones".

Según estimaciones de esta entidad dependiente de la ONU, los países más pobres que se ven obligados a importar alimentos tendrán que pagar este año en ese concepto 169.000 millones de dólares, un 40% más que en 2007.

La alta comisaria para los Derechos Humanos de la ONU, Louise Arbour, llamó la atención desde Ginebra sobre las consecuencias sociales que la crisis alimentaria pueda generar y exigió un esfuerzo conjunto internacional para paliar el problema.

En algunas regiones, resaltó, "la situación podría volverse insostenible debido a catástrofes naturales o una mala gestión política, o la combinación de ambas". La cotización de productos agrarios retrocedió levemente en el mercado internacional, pero, según la FAO, no caerá hasta niveles de años anteriores. Ni siquiera el récord de producción de grano previsto para 2008 zanjará el problema. La FAO calcula que la producción mundial de granos, arroz incluido, subirá este año un 3,8 por ciento, hasta los 2.200 millones de toneladas. El principal beneficiado sería el trigo.

Jefes de estado y de gobierno debatirán la subida de precios y los efectos del cambio climático sobre la alimentación y la agricultura en una cumbre de la FAO que tendrá lugar en Roma del 3 al 5 del próximo mes de junio.