Aniversario de la desaparición

Un año tras la sombra de Maddie

  • Los habitantes de Praia da Luz siguen adelante tras el caso que ha dado la vuelta al mundo

El 3 de mayo de 2007 quedará marcado en la historia de Praia da Luz como un día negro. Hace exactamente un año, este pequeño núcleo del Algarve se convertía en el centro de atención del país y poco después mundial por la desaparición de la pequeña Madeleine McCann, una niña inglesa de cuatro años que pasaba unos días de descanso junto a su familia y que fue vista por última vez en torno a las nueve de la noche en su cama, cuando dormía junto a sus dos hermanos gemelos mientras sus padres cenaban en un bar cercano.

Praia da Luz es un enclave tranquilo, luminoso, en el extremo suroccidental del país vecino. Las casitas repartidas en diferentes urbanizaciones son alquiladas o propiedad de extranjeros, sobre todo ingleses, que buscan aquí su particular zona de vacaciones, con bares, tiendas y servicios adaptados a sus necesidades. Y en ese particular paraíso la población ha decidido seguir adelante tras la desaparición más famosa del mundo, la primera global que ha llevado hasta la zona a curiosos y una multitud de periodistas.

Los habitantes de Praia da Luz se muestran reacios a seguir hablando del tema, hastiados de preguntas de los medios. Hay quien hasta cruza la calle cuando ve acercarse las cámaras. Los que sí se deciden a hablar destacan que el hecho ya ha pasado y la vida sigue adelante, como demuestran los escaparates vacíos, sin esa cara ya conocida por todos con su peculiar iris derecho. Un suceso triste, pero que han ido diluyendo el tiempo y la lejanía, física y sentimental, de los padres: "Hubo una movilización como nunca en Portugal y nunca dieron las gracias", asegura uno de los vecinos. A ello no han ayudado las críticas recibidas por no contestar a todas las preguntas de la Policía, que se siguen formulando. "Parece que no estuvieran verdaderamente interesados en resolver el caso". La población quiere seguir adelante y tanto portugueses como ingleses coinciden en algo: sólo los medios de comunicación hablan ya del caso Madeleine.

La casa en la Maddie pasó sus últimos días antes de desaparecer permanece cerrada a cal y canto, su propietario inglés no la ha alquilado por ahora. Una cadena y un candado señalan la puerta ante la que todos los que pasan vuelven la cabeza y que se ha convertido en uno de los puntos turísticos de Praia da Luz, hasta el punto de que hay quien no se resiste a tomar una fotografía. Otro turista se acerca a los periodistas, congregados desde ayer en el núcleo luso, para preguntar dónde está Casa Liliana, la vivienda de Robert Murat, declarado arguido (sospechoso) por la Policía portuguesa, al igual que los padres de la pequeña. Es la segunda parada de una historia aún por resolver, una maraña en la que se han revuelto la falta de pruebas concluyentes, las filtraciones a los medios, el enfrentamiento entre las policías lusa y británica y dos opiniones encontradas: las de aquellos que consideran que los McCann pudieron estar implicados en la desaparición de Madeleine y quienes defienden que Maddie fue secuestrada por una tercera persona. Una investigación que no avanza y una incógnita por resolver: ¿Qué ha pasado con Madeleine?.

Las posturas varían en la localidad. Como comenta una de las empleadas de la farmacia, "no hay una opinión generalizada, sino muchas diferentes". En lo que sí parecen coincidir todos es en que los hechos del 3 de mayo de 2007 no han afectado a la imagen de Praia da Luz como resort en el Atlántico, ya que "sigue viniendo la misma cantidad de gente que antes".

Desde el complejo The Ocean Club, el lugar en el que pasaban sus días los Gerry y Kate McCann, insisten en esa idea. Sus instalaciones están pensadas para un público extranjero que no ha disminuido, aseguran. Lo ocurrido con la pequeña no parece haber hecho mella en la sensación de seguridad que tienen los turistas que llegan a la zona, como ellos mismos aseveran.

Sólo en los primeros días del caso, cuando Praia da Luz estaba llena de periodistas, se dejó notar el peso de los hechos en el turismo, asegura Paula Silva, de la Região de Turismo do Algarve. Según los datos de este organismo, recogidos ayer por el Jornal de Notícias, el pasado año el número de turistas ingleses aumentó en un 7,2% en el Algarve, mientras que la cantidad de huéspedes ingleses se incrementó en un 7,8% entre los meses de enero y noviembre. Es a partir de este año cuando, como explica Silva, se está empezando a notar un descenso en el número de turistas, un retroceso muy breve de un 2 o un 3%, aunque se atribuye no a las consecuencias del caso Madeleine, sino a la situación económica actual. "Los turistas no se sienten más inseguros, de hecho, en las encuestas de satisfacción la seguridad es una de las cuestiones mejor puntuadas", asegura.

Madeleine permanece en la mente de aquellos que acuden a la iglesia y en algunos escaparates, pero su imagen empieza a caer en el olvido. Eso es precisamente lo que quieren evitar Gerry y Kate McCann mediante el relanzamiento de la campaña mediática en la que se incluye el documental de dos horas de duración emitido el jueves por ITV o la puesta en marcha de una nueva línea de contacto telefónico a la que se puede llamar tanto en el Reino Unido como desde fuera del país.

El matrimonio McCann ha descartado regresar a Portugal para participar en una reconstrucción de la noche del 3 de mayo en que desapareció la pequeña Madeleine, desde que sus padres salieron a cenar dejando a sus tres hijos en la vivienda hasta que notaron su ausencia, debido a la negativa de las autoridades lusas a televisar la recreación de los hechos.

La pareja de médicos considera que, sin una retransmisión televisada, la iniciativa carecería de valor y no servirá para ayudar a encontrar a Madeleine, según informó su portavoz, Clarence Mitchell. Tras esa decisión de no acudir al país en el aniversario de la desaparición de Madeleine (sí lo harán algunos familiares) está la sospecha de que esta negativa responda al temor de que sean imputados por negligencia al dejar solos a los tres pequeños. Extremo que negó ayer el portavoz de la pareja.

La negativa de la familia McCann, según fuentes de la Policía portuguesa ha puesto "furiosos" a los investigadores, que ven cómo permanecen "muchas preguntas por contestar e incoherencias en las declaraciones" de quienes el pasado 3 de mayo estaban con la pareja. Así, los oficiales del país vecino asumen que el matrimonio no tiene previsto regresar hasta que se les levante el estatus de arguido, una condición que podría haber sido negociada por sus abogados para que accediesen a participar en la reconstrucción.

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