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Sociedad

Los bares de barrio son los perjudicados por la crisis y la ley del tabaco

  • El presidente de la patronal cifra en un 50% la caída de las ventas por estos dos factores

Los bares de barrio son los que más sufren el impacto de la crisis económica y de la prohibición de fumar, con una caída de las ventas del 50%, situación que "les ha llevado a una economía de guerra y a comer de lo que no venden", asegura el presidente de la patronal, José María Rubio.

El máximo responsable de la Federación Española de Hostelería y Restauración, explica que muchos de estos establecimientos están resistiendo "sin ganar siquiera medio sueldo", pero como no pueden traspasar el local porque no hay demanda y tampoco encuentran trabajo en otro sitio, aguantan como pueden "y la comida que sobra se la comen ellos".

Asegura que se cierran más bares que los que se abren y que con la crisis los traspasos de este tipo de establecimiento han bajado un 75% frente a las cifras alcanzadas en 2006, y si "antes se cambiaban de manos por 30.000 euros, hoy por 5.000 euros lo das".

Esto hace que el sector esté muy apalancado con los proveedores, hasta el punto de que "estamos provocando el cierre de algunos de ellos que están al límite".

El sector de bares, restaurantes y cafeterías lleva 47 meses consecutivos de caída de ventas -a excepción de agosto de 2011-, lo que supone que desde 2008 y hasta finales de 2011 el descenso medio de las ventas rondó el 19 %.

Rubio no quiere dar la impresión de que la prohibición de fumar en lugares públicos ha sido la causante de todos los problemas de ingresos del sector, pero cree que con la caída de ventas que arrastraba "llovía sobre mojado; el tabaco no es tanto que nos haga perder clientes, como consumiciones; hoy el cliente come y se va, y antes tomaba café y copa, y ahora esos ingresos se han perdido". La patronal sigue defendiendo que, como en otros países europeos, pueda haber en el local un espacio en el que "el empleado no esté obligado a servir, pero donde el cliente pueda fumar".

El cliente ha cambiado sus pautas de consumo y acude menos veces a los establecimientos, y su gasto es menor, "hoy en vez de tres rondas es una, y eso en gran medida es por no poder fumar".

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