Un 33% de los españoles declara abiertamente que no cree en Dios ni en ningún otro ser divino. Otro 27%, por su parte, admite tener dudas al respecto. Los porcentajes aproximadamente se mantienen en los niveles de creencia en torno a la vida después de la muerte.

La fundación alemana Bertelsmann Stifting presentó ayer los datos del Montitoreo Religioso, elaborado a través de 21.000 encuestas realizadas a personas de 21 países para estudiar el grado de religiosidad en el mundo. España, en donde se han entrevistado a mil personas, se encuentra en el puesto número 11 del ranking de religiosidad de los países analizados, por delante de Israel o Tailandia, aunque notablemente por detrás de países como Estados Unidos o Italia.

Sin embargo, y en contra de la creciente incredulidad hacia los seres divinos, ocho de cada diez españoles se considera religioso, siendo las mujeres y las personas mayores las que más altos índices de fe demuestran. "En comparación con otras naciones industrializadas, España sigue siendo un país muy religioso", señaló el director del Programa de Orientaciones Culturales de la compañía, Martin Rieger.

Aun así, y aunque los índices de religiosidad sean elevados, los creyentes españoles descuidan su fe a diario. El estudio demuestra que un 37% reconoce no rezar nunca, aunque otro 30% lo hace con regularidad. Con respecto a las visitas a la Iglesia, el 65% de los encuestados declara haberse desligado de los servicios religiosos y asistir de forma muy irregular a misa. Sólo un 20% de los españoles se declara abiertamente muy religioso.