Setenta y cinco inmigrantes han desaparecido después de que naufragara la embarcación en la que viajaban junto con otras 27 personas, que fueron rescatadas por la Marina militar italiana y llegaron el martes al puerto siciliano de Catania, informó ayer la Agencia de Refugiados de las Naciones Unidas (Unhcr).

Según el testimonio de estos rescatados referido por Unhcr, 75 personas se encuentran desaparecidas en las aguas del Canal del Sicilia después de que naufragara su barcaza, en circunstancias que se desconocen y que están siendo investigadas por las autoridades italianas.

Ayer, la Marina militar informó de que fueron 45 los inmigrantes que murieron por asfixia, el pasado día 30, a bordo de un barco en el que viajaban junto a otras 566 personas procedentes del norte de África hacia Sicilia (sur).

Los cadáveres y los otros 566 indocumentados desembarcaron ayer en el puerto de Pozzallo (Sicilia), después de ser socorridos por la Armada italiana hace dos días, cuando se informó, entonces, de que los fallecidos eran 30.

Unchr lamenta "con profundo dolor esta nueva tragedia" y alerta de que, en lo que va de año, cerca de 500 inmigrantes y refugiados han muerto en el mar Mediterráneo, siempre según datos de la organización. Por ello, pide a los Gobiernos que pongan en marcha medidas que garanticen la admisión por razones humanitarias de refugiados y faciliten su acceso en condiciones de seguridad.

Sólo en el último fin de semana, los barcos de la Marina italiana prestaron ayuda a 5.000 inmigrantes que navegaban hacia las costas italianas en condiciones de peligro de naufragio.

Este dispositivo de vigilancia y socorro fue activado el año pasado después de la tragedia ocurrida el 3 de octubre de 2013, cuando perdieron la vida al menos 366 personas después de que naufragara su embarcación junto a la isla italiana de Lampedusa.

Por su parte, la OTAN considera preocupante el aumento de los flujos migratorios del norte de África hacia Europa a través del Mediterráneo, por lo que está estudiando "la mejor respuesta" para poner freno a este fenómeno, tal y como países como España o Italia vienen solicitando.

Así lo explicó ayer el comandante supremo aliado en Europa (Saceur), el general Philip Breedlove, en una rueda de prensa tras reunirse con el ministro de Defensa, Pedro Morenés, en Madrid, donde subrayó que todas estas posibles nuevas iniciativas de la Alianza serán concretadas en la cumbre de Gales en septiembre.

El general recordó que la OTAN ya está presente en África con la operación marítima Ocean Shield de lucha contra la piratería en el océano Índico y reafirmó su compromiso con ella, si bien dejó claro que no ve por el momento "ningún papel para una operación terrestre" aliada en ese continente, a diferencia de la UE, que sí está desplegando misiones allí.

Según el jefe supremo de la OTAN en Europa, lo que ahora estudian los países aliados es cuál es "la mejor respuesta" para hacer frente al aumento de la llegada de inmigrantes desde el norte de África hacia el sur del continente europeo.

Actualmente, la Alianza mantiene desplegada en el Mediterráneo la operación Active Endeavour, en la que participa España, de lucha contra el terrorismo internacional, si bien uno de sus cometidos no es frenar la inmigración ilegal.