Tragedia en los abruzos El temblor de tierra sorprendió al país de madrugada

Al menos 150 muertos y 1.500 heridos en el centro de Italia por un terremoto

  • La localidad de L'Aquila ha quedado devastada · Los carabineros patrullan las calles de una ciudad fantasma mientras los vecinos han sido realojados en polideportivos y tiendas de campaña · Como mínimo hay 100.000 evacuados

Más de ciento cincuenta personas han muerto, más de 1.500 están heridas y otro centenar permanecen desaparecidas tras el terremoto de 5,8 grados de magnitud en la escala de Richter que azotó la madrugada de ayer la región italiana de Los Abruzos (centro del país). Según los medios locales, que citan fuentes hospitalarias de la ciudad de L'Aquila, cerca de cien mil personas han sido evacuadas. El primer ministro Berlusconi ha declarado el estado de emergencia. El país está conmocionado.

En L'Aquila, capital de la región montañosa de Los Abruzos, se encontraban unos 25 españoles, que no han sufrido daños y ahora viajan a casa. Enrique Romojaro, un estudiante toledano de Erasmus en la ciudad es uno de los afectados y relató a Efe que el seísmo (el temblor principal se produjo sobre las 02:30, hora española de ayer, una hora más en Italia) derribó parte del edificio donde se encontraba. "La fachada se había caído; cogí lo que pude y salí", señaló Enrique, que cursa quinto de Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid. "Empezó a moverse todo, las cosas se caían, todo temblaba y todo el mundo se echó a la calle, muchos en pijama". "Habíamos sentido por lo menos siete temblores pequeños antes, pero este fue enorme. Y cada minuto había una réplica", dijo Enrique. Él, que pasaba la noche en una casa que no era la suya, llamó por teléfono a sus compañeros de piso para comprobar que estaban bien y se dirigió hacia allí. Al llegar vio que parte de la fachada del edificio se había derrumbado, pero aun así subió a su cuarto, situado en el segundo piso, para coger sus pertenencias.

El grupo de grupo de veinticinco españoles, entre ellos dos estudiantes almerienses, fue evacuado de la zona para su traslado en autobús a Roma y viajan hacia sus hogares, según explicaron fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores. El grupo está compuesto en su mayoría por estudiantes del programa universitario Erasmus y amigos con los que estaban de vacaciones en la región. La veintena de españoles que residen de forma permanente en la región se encuentran a salvo y en comunicación con el Consulado, añadieron estas fuentes.

Anoche, los residentes de L'Aquila se preparaban para vivir más horas de angustia en una ciudad fantasma.

Ninguna calle del casco histórico se salvó: los cúmulos de piedras, cal y desechos dominan la localidad. "Debajo hay muertos, no se toman fotos ni se entra", sentenció un carabinero en una callejuela del centro cubierta de muros derrumbados y cristales rotos.

Un extraño silencio cubría en la tarde de ayer el corazón de la ciudad medieval, que parecía abandonada después de que buena parte de sus habitantes se fueran por los daños sufridos por sus hogares. "Podemos decir que la mayoría del centro histórico está vacío", explicó un responsable de Protección Civil. Al atardecer, tanto policías como carabineros patrullaban los escombros, pasaban de casa en casa, tocaban a cada puerta y evaluaban el impacto de los daños. "Tratamos de ayudar a la gente que se quedó, sobre todo a los ancianos, de manera que pasen bien la noche y se eviten los ladrones", dijo esta fuente.

Numerosos automóviles estaban enterrados y el viario urbano estaba reventado.

"Por ningún motivo me voy de mi apartamento, que está intacto porque fue construido por mi hermano arquitecto con materiales antisísmicos. La casa aguantó a pesar de que el terremoto fue terrible", advirtió Maria D'Andrea, de 82 años. "Claro que voy a pasar una mala noche", admitió la anciana.

"Tengo el terror de que se repita el seísmo de nuevo", contó Cristina. Su tienda, una de las pocas aún abiertas ayer, agotó el agua mineral y no podía servir café por los continuos apagones.

Una decena de cuarteles, estadios y gimnasios alojan a los damnificados que no quisieron abandonar la ciudad. Los equipos de rescate agotaron las últimas luces en sus tareas de búsqueda. Hoy se reanudarán los intentos de hallar supervivientes .

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