Sociedad

La segunda picadura de avispa aumenta un 30% el riesgo de una reacción grave

  • Los expertos recomiendan que los menores con alergia vistan con ropas poco coloridas y a ser posible con manga larga y pantalón largo, en sitios con gran afluencia de este tipo de insectos.

Los niños que ya han sufrido un picotazo de abeja o avispa tienen un 30% más de posibilidades de padecer una reacción sistémica o anafiláctica ante una nueva picadura, con riesgo incluso para la vida. La doctora Elena Alonso, vicepresidenta de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Asma y Alergia Pediátrica (SEICAP), recomienda extremar la precaución ante el mayor peligro de alergias a picaduras en niños en vacaciones. El 3% de la población española tiene riesgo de padecer una reacción sistémica por una picadura de este tipo de insectos, según datos de la SEICAP.

La actividad de los insectos aumenta en verano y los niños suelen ser sus principales víctimas al pasar más tiempo al aire libre. Es por ello que Alonso aconseja evitar en la medida de lo posible realizar comidas al aire libre y que los menores anden descalzos por el césped, donde anidan las avispas. Sacudir ropa y zapatillas antes de ponérselas, usar repelentes para la piel cuando se está en el exterior y no utilizar cremas ni colonias demasiado perfumadas ya que atraen a los bichos, son otras pautas a seguir. "Los niños son más propensos a sufrir picotazos ya que son más descuidados y mueven las manos para espantarlos, lo que atrae más al insecto", añade.

Por eso, se recomienda que los menores diagnosticados de alergia vistan con ropas poco coloridas y a ser posible con manga larga y pantalón largo, en sitios con gran afluencia de himenópteros, como en piscinas o en el campo. Los síntomas que desencadenan una reacción sistémica o anafiláctica "incluyen hinchazón de la zona afectada y manchas rojas, hinchazón de la cara o del ojo, urticaria en el resto del cuerpo, mareos, dificultad para respirar, taquicardia, bajada de tensión arterial, pérdida de conocimiento o incluso peligro de muerte", indica la vicepresidenta de la SEICAP. Si aparecen estos episodios "se deberá acudir de inmediato al servicio de urgencias más cercano donde recibirá tratamiento urgente con adrenalina y posteriormente se derivará al niño al Servicio de Alergia Pediátrica", advierte. Los menores con alergia que hayan sido picados deberán además, de camino al médico, usar antihistamínicos en caso de inflamación o urticaria, y broncodilatadores si tienen dificultad respiratoria.

"Pero el tratamiento más importante en caso de reacción grave es la inyección de adrenalina o epinefrina, por eso recomendamos siempre a los padres de los pacientes ya diagnosticados ir acompañados de estos medicamentos en forma de dispositivo de adrenalina autoinyectable. Si continúan los síntomas de peligro y no se dispone de asistencia médica se puede repetir la dosis en 15 o 20 minutos", puntualiza. Las picaduras de mosquitos ocasionan reacciones muy molestas e irritantes que pueden ser tratadas con antihistamínicos. "La alergia al veneno de los mosquitos se desarrolla de manera excepcional aunque sus picotazos son muy frecuentes", asegura la doctora Alonso.

Los pediatras alergólogos determinarán si hay alergia y cuál es el insecto causante después de realizar "pruebas de piel, análisis de sangre y un estudio alergológico completo que permita confirmar e indicar el tratamiento más adecuado". Por lo general, está basado "en la inmunoterapia específica a través de vacunas con los venenos de los himenópteros", explica esta pediatra alergóloga.

"Es la vacuna de alergia más eficaz y se administra en inyecciones, una al mes durante un tiempo de entre tres y cinco años", añade. Este tratamiento permite conseguir tolerancia al veneno del insecto, así "las personas con alergia reaccionan igual que las que nunca la han padecido, pero hasta conseguirlo se deben extremar las precauciones", insiste.

El síntoma principal tras una primera picadura de himenópteros es una hinchazón local donde se ha producido y dolor. "En estos casos se debe poner frío en la zona e intentar sacar el aguijón en los primeros segundos para extraer el veneno en el caso de las abejas, ya que las avispas no dejan aguijón", indica. Si el aguijón se queda dentro de la piel, un mecanismo reflejo del mismo inyecta poco a poco todo el veneno. También es conveniente el uso de alguna crema corticoide y de un antihistamínico para los picores.

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