El número de fallecidos por ahogamiento en espacios acuáticos en España asciende a 304, de ellos 23 son niños, tras la muerte ayer de un menor en una piscina de Mallorca, de un bañista de 74 años en una playa de Oropesa (Castellón) y la localización del cuerpo de un buzo en una cueva de Gerona. La Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFSS) presentó el pasado 15 de julio el último informe, con 245 víctimas mortales, y desde entonces han fallecido 59 personas más en espacios acuáticos públicos y privados, según la actualización de los datos de esta federación. Ese informe ya alertó de que 2017 con esas cifras era el peor año del último trienio en relación con víctimas de ahogamiento.

Los padres de un niño danés de 2 años encontraron ayer por la mañana su cadáver en una piscina de una finca rural de Llucmajor (Mallorca) después de que, al parecer, se levantase de la cama y llegara solo a la piscina. Además, un hombre de 74 años murió tras ser rescatado en estado inconsciente mientras se bañaba en la playa Morro de Gos de Oropesa. Igualmente, en Torroella de Montgrí (Gerona), un francés de 30 años falleció a última hora del domingo en una cueva cuando practicaba buceo en apnea.