Opinión

Aprovechar las sinergias del campo andaluz

  • Es el momento de revisar, chequear y tomar nuevos bríos para el futuro, en el marco de una PAC que apuesta por lo verde

Un trabajador en el olivar sevillano.

Un trabajador en el olivar sevillano. / Efe

A nadie se le escapa que todo lo que da esta tierra, como decía una campaña memorable de la Junta de Andalucía sobre nuestros productos, ‘Está de lujo’. Y no solo cuando nos sentamos a la mesa. Porque acompañando a nuestra gastronomía, los parajes naturales, la hospitalidad de la gente, el clima amable o nuestros más de 800 kilometros de costa también suman a esa percepción de que esta Andalucía nuestra es una especie de paraíso terrenal.

Pero si atendemos al primero de los factores, el que supone nuestra industria agroalimentaria y los productos que dan lugar a ella, encontramos un potencial enorme que, bien entendido y gestionado, debe seguir representando uno de los sectores estratégicos de nuestro producto interior bruto, tanto en clave agroalimentaria como en el ámbito turístico.

Desde lo que representa la huerta almeriense, pasando por la exuberancia de los frutos tropicales en Granada y Málaga, los cítricos a lo largo de nuerstro río, el fruto rojo onubense o el olivar de Córdoba, Jaén y Sevilla, el campo andaluz se muestra como una exuberante despensa y fuente de generación de riqueza y empleo para nuestra gente.

Y en una coyuntura como la que vivimos, con una nueva PAC en puertas y después de haber sentido en primera persona durante la pandemia lo estratégico que es este sector, tenemos que ser capaces de aprovechar el momento actual y, desde la complementariedad de nuestro agro, seguir aprovechando las sinergias del campo andaluz.

Análisis de la PAC

Respecto de la PAC, el trabajo del Ministerio de Agricultura, tras afinar muchísimo en la estrategia nacional, ya se encuentra en trámite parlamentario, de cara a tener la nueva ley lista en 2023 para que los agricultores sepan a qué atenerse a la hora de tramitar sus ayudas el proximo año.

Y en el nuevo enfoque, el plan estratégico nacional refuerza el papel y las herramientas que se dan a los agricultores, a través de sus organizaciones, para diversificar las producciones, reducir los costes y emprender acciones colectivas ambiciosas, muchas enfocadas en la sostenibilidad y en la conservación de la biodiversidad, o los objetivos establecidos en la Estrategia Europea “De la granja a la mesa” para un sistema alimentario justo, saludable y respetuoso con el medio ambiente.

Y estoy seguro que, con el tesón, la ilusión, el amor a la tierra y el tiempo necesario, nuestra agricultura será ejemplo también en los nuevos retos que ahora se plantean desde el Pacto Verde, para conseguir una Europa climáticamente neutra en 2050.

Y ya enfocado en la realidad más cercana a la propia Diputación de Sevilla, como es nuestra provincia, el principal reto lo tenemos en nuestro olivar. Ese que genera una de cada dos peonadas agrícolas en nuestros pueblos.

A ese bosque mediterráneo le debemos poner todo el empeño desde diferentes prismas, incluido el deseo de que permanezca en el imaginario colectivo como ejemplo de conservación del patrimonio etnográfico, cultural y ambiental de nuestra tierra.

Porque si es cierto que el olivar tradicional tiene unos costes muy superiores desde el punto de vista de la producción, con 32 millones de peonadas cada año, bien estará tener muy en cuenta la realidad, con una fórmula específica en la nueva PAC para este cultivo.

Con el tesón, la ilusión, el amor a la tierra y el tiempo necesario, nuestra agricultura será ejemplo también en los nuevos retos

En ese nuevo enfoque deberá estar muy presente la sostenibilidad, la calidad en la producción y el respeto y conservación de todo lo que etnográfica, cultural y económicamente representa este bosque mediterráneo moldeado por el hombre. Porque no en vano somos en Andalucía la principal productora de aceituna de mesa a nivel mundial.

En concreto, 546 millones de kilos en la temporada 2021-2022, que suponen el 19% del mundo, el 60% de la producción europea y el 73% del volumen de España. Eso, en la provincia sevillana, se traduce en que, en 2021, contamos con el 83% del total andaluz de superficie de olivar para aceituna de mesa y el 66% de la producción en esa vertiente.

Y con ese potencial, es el momento de revisar, chequear y tomar nuevos bríos para el futuro, en el marco de una PAC que apuesta por lo verde y que, por tanto, debe reconocer también la aportación de nuestro olivar tradicional como sumidero de CO2. Nuestro olivar y su gente, cooperativas, agricultores, jornaleros y, en general todos los vecinos y vecinas de nuestro medio más rural, bien merecen este esfuerzo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios