Opinión

El valor del agricultor almeriense

  • El sector de las frutas y hortalizas ha vivido un contexto convulso, que no ha parado de cambiar y de someter a presiones insostenibles a los agricultores de la provincia

Agricultor en plena faena.

Agricultor en plena faena.

Atravesamos momentos complicados. Este año, en Almería, el sector de las frutas y hortalizas ha vivido un contexto convulso, que no ha parado de cambiar y de someter a presiones insostenibles a los agricultores de la provincia.

En junio 2021, por ejemplo, el gasóleo agrícola tenía un precio de 0,75 €/litro, mientras que durante el mismo mes de 2022 se ha estado pagando entre 1,50 y 1,70 €/litro. El incremento de coste de producción no solo en el caso del gasóleo, también en fertilizantes, insumos o energía, puede llegar a tener fatales consecuencias para nuestro sector. Desde COAG nos inquieta especialmente una de ellas, que se traduce en la ya preocupante desaparición de explotaciones agrarias familiares, básicas para evitar una concentración de la oferta de alimentos y sus nefastas repercusiones sobre el consumidor. Un anticipo de esta inquietud se ha dejado entrever en la fruta de verano, sin ir más lejos, con precios de sandía y melón disparados en los lineales y por los suelos en los invernaderos.

Sin embargo, este escenario no está acobardando al agricultor almeriense. Bien al contrario, nuestra agricultura, sostenida por explotaciones familiares pequeñas y medianas, continúa enfrentando las crisis con una especial capacidad de resiliencia y creatividad ya puesta en práctica durante los difíciles momentos de la pandemia.

Así hemos superado una campaña con múltiples factores en contra. Nuestro tejido productivo ha vuelto a demostrar que funciona, que es capaz de responder incluso ante la fluctuación e incertidumbre de los mercados financieros con solidez y responsabilidad. Este es el verdadero valor de los agricultores de Almería. Su espíritu de lucha, su capacidad de salir adelante y su visión emprendedora incluso en contextos de profunda crisis estructural.

La especulación de los fondos de inversión y de los mercados financieros es una de estas principales sombras

Pero la agricultura de las frutas y hortalizas bajo cubierta no puede parar relamiéndose ante la conciencia de estos méritos. Existen numerosos problemas externos que nos afectan y que amenazan la supervivencia de modelo de producción que, como se ha dicho, ya ha demostrado su valía y eficacia.

La especulación de los fondos de inversión y de los mercados financieros es una de estas principales sombras. Pero plantarles cara es fácil. Nuestro sistema democrático nos sirve en bandeja las herramientas para ello y los agricultores tenemos la responsabilidad social de hacer uso de ellas, de liderarlas.

Es, por tanto, fundamental la planificación comercial de las cosechas más allá de las OPFH, en las que se está obligado a participar por normativa. También corresponde a las comercializadoras diseñar unas líneas de contrato estables para la venta del producto tanto si el mismo está dentro de una OPFH como si no está dentro de ella, como manera de luchar contra la ya mencionada incertidumbre de los mercados.

Nuestra agricultura continúa enfrentando las crisis con una especial capacidad de resiliencia y creatividad, como durante en la pandemia

Resulta además apremiante la renovación del sistema comercializador, uno de los sectores del engranaje alimentario que menos ha avanzado a lo largo de los años, viéndose sumido en prácticas ya antiguas y dinámicas poco asumibles por los contextos actuales. En el camino de la estabilidad de los precios, la comercialización necesita implementar cambios que garanticen un acuerdo justo para el productor.

Otros desafíos se alzan, además, ante nosotros como en el caso de las importaciones ilegales e incontroladas, íntimamente relacionadas con el fraude del etiquetado, pues atacan de lleno nuestro tejido productivo, cuya salvaguarda compete directamente a las administraciones, tanto europea como española, aunque principalmente a la segunda, como garante de los intereses de todos. En este sentido, el esfuerzo por parte de COAG de los últimos años se ha enfocado principalmente en conseguir introducir este debate en la agenda política europea, siendo testigos este año del fruto de este trabajo gracias a la inclusión en la PAC, y por primera vez, de las ‘Cláusulas Espejo’. Se trata de un primer paso hacia adelante que da esperanzas al agricultor almeriense de estar cada día un poco más cerca de la resolución del problema.

Así pues, a día de hoy, se puede afirmar, sin reparo, que las áreas de trabajo de mejores oportunidades para el sector son la sostenibilidad, el medio ambiente y su cuidado, sobre todo en cuestiones como la gestión de los recursos hídricos. Tres ámbitos que vienen a sumarse a la búsqueda de soluciones para los principales retos enumerados hasta ahora, y sobre los que esperamos seguir trabajando para continuar siendo un referente de la alimentación a nivel europeo y mundial y uno de los principales orgullos que conducen al agricultor de Almería.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios