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El Cartaya reanuda la Liga visitando al Córdoba B, un solvente líder

Diego Vargas es el último refuerzo de un Cartaya que quiere remontar el vuelo.

Diego Vargas es el último refuerzo de un Cartaya que quiere remontar el vuelo. / AD Cartaya

El Cartaya estaba pidiendo a gritos un parón para intentar poner sus ideas en orden y el partido ante el líder, Córdoba B, de este sábado (16.00 horas) determinará si la terapia ha surtido el efecto deseado. Los de Amate se marcharon al descanso entre la zozobra y lo que pudo haber sido y nunca fue. Un equipo de buen pie, con fútbol de altura en muchas fases de los partidos pero sin resultados. Además, montado permanentemente a lomos de la épica para intentar sustentarse en los empates, seis, el que más lo hace de la Liga, una victoria y dos derrotas, nueve puntos en su haber, en el filo de los puestos de descenso. Como ven, la situación no es para festejar nada, sobre todo teniendo en cuenta que las ideas iniciales no cuadran con la dura realidad.

A todo eso hay que sumar que el Cartaya ha sido de natural variable como consecuencia de no enseñar un once tipo. Y ya se sabe, porque así lo dice la historia. En tanto en cuanto no seas capaz de recitar un equipo titular de memoria, es que algo no va bien. Luego podemos entrar en la disculpa perfecta de las famosas rotaciones para tener a toda la plantilla enchufada. No cuela. Sencillamente porque el primero que no movería nada, en caso de haber ganado mucho, sería el propio entrenador.

Asoma el Córdoba B y eso supone máxima exigencia porque el filial blanquiverde es líder indiscutible de la tabla y nada es casualidad a estas alturas. Por consiguiente, el Cartaya tendrá que ponerse en su mejor versión si quiera aspirar a la sorpresa.

Abríamos esta previa haciendo alusión a la mente de los rojinegros, a su limpieza de contenidos erróneos. El partido pondrá en la realidad la cuestión. La de los jugadores y la del entrenador, ya que se espera un once de consistencia primero y de despliegue después. Para ello, el Cartaya debe ser fiel a un plan, que si se cae en el principio no se vuelva loco buscando soluciones a base de cambios que, en algunos momentos, revolucionaron cosas para no revolucionar nada y para no llegar a ninguna parte.

Con respecto al once, como pueden entender es una incógnita terrible. Primero porque antes del parón ya era difícil adivinarlo y segundo porque tras la parada hay que ver cómo están los futbolistas que se fueron fundidos de mente. Por cierto, el Cartaya comunicó la baja del inglés Alfie Lucas, una especie de futbolista que enseñó cosas en pretemporada y que después no ha enseñado absolutamente nada.

El discurso de los jugadores coincide plenamente. “saldremos adelante, conseguiremos ganar, cumpliremos el objetivo porque el equipo está francamente bien”. Esa aseveración no deja lugar a duda alguna. Luego es el campo el que dicta sentencia. A ver qué dice Córdoba. Estamos ansiosos por comprobar que los futbolistas llevan razón.

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