CRÍTICA VIDEOJUEGOS

Hay algo extraño en el vecindario

Cazafantasmas | Terminal Reality | +12 | 53,95€ | PS3

¿A quién vas a llamar? ¡Cazafantasmas…! Definitivamente, no se puede ser objetivo cuando uno ha sido niño en los 80 y recuerda este clásico absoluto del cine y el merchandising. En los 50 tuvieron Con la muerte en los talones, Los Vikingos y El puente sobre el rio Kwai, en los 60 La gran evasión, Jerry Lewis y el Rat Pack y en los 70 Rocky, Greasey el primer Spielberg. De igual forma, la mejor y la peor década del siglo XX no sería la misma sin el logo de prohibido fantasmas, el delirante vehículo Ecto 1, la canción de Ray Parker, los sarcasmos de Peter Venkman, el gamberrismo dadaísta de Moquete o los rayos de protones, una colección de iconos dispuestos como piezas de un tablero ajedrezado de comedia blanca y terror negrísimo, que sacudió las salas de cine de todo el mundo e hizo inmensamente rico a su avispado productor, Ivan Reitman. Lamentablemente aquel no sería capaz de repetir el éxito, ni con la inferior segunda parte ni acercándose descarada e indirectamente a la fórmula con películas como Evolution(2001). Demostración inequívoca de que el fenómeno de Los Cazafantasmas fue un acontecimiento realmente especial e irrepetible, al que todos debemos más respeto del que muchos están dispuestos a admitir.

Decíamos que no se puede ser objetivo en lo concerniente a esta película, pero los mismos extraños mecanismos de la nostalgia que la elevan a la categoría irrefutable de obra maestra de la comedia por encima incluso de sus valores cinematográficos, habrían de servir para preservar una intransigente objetividad de cara a evaluar su adaptación a videojuego. Y esto sería rigurosamente exacto... si no fuera porque, en un sorprendente fenómeno fractal o efecto matriusko, los propios desarrolladores han demostrado amar tanto el filme original como el más puntilloso de los críticos. Ya se había intentado en el pasado, en versiones desarrolladas para Master System, Nintendo NES y Megadrive, pero decididamente la tecnología no estaba a la altura. Aun así, y a pesar de las ventajas de la séptima generación, la pregunta es inevitable: ¿podría haberse concebido una mejor adaptación de la película que la que han puesto en nuestras manos los chicos de Terminal Reality? La respuesta pasa por una complicada reflexión epistemológica sobre lo que entendemos por una buena adaptación. Pero seamos realistas, hablamos de Los Cazafantasmas. ¿Qué clase de epistemología puede extraerse de algo así?

Nuestro título arranca argumentalmente en lo que vendría a ser el planteamiento de una tercera parte cinematográfica. Encarnando a un aprendiz que pretende entrar en el grupo, habremos de pasar por distintas pruebas de aptitud antes de afrontar nuestra primera misión en el mítico hotel Sedgewick (escenario del glorioso "¡Me ha moqueado!" de Bill Murray en la primera parte), a cuyo término habremos de atender una orgía fantasmal en el corazón de Manhattan, capitaneada por el enorme muñeco blanco de Marshmallow's en el ejercicio de sus conocidas funciones de Destructor, en lo que es sólo el principio de un nuevo ataque de dimensiones apocalípticas de Gozer el Gozeriano. Los Cazafantasmas, el videojuego gravita por encima de géneros como el shooter, la estrategia y la aventura sin llegar a rendirse completamente a ellos, a la vez que consuma por fin nuestro sueño de comprobar qué se siente al accionar uno de esos disparadores de partículas tan molones: a los fantasmas no se les mata, por lo que habremos de atraparlos cual cowboys con un lazo cuántico, lo que implica un esfuerzo bastante más apreciable que el simple disparo de gatillo de un shooter al uso. Un departamento gráfico brillante, con un nivel de texturizado suficiente para que el juego no padezca de anticlimáticos atranques, junto a una jugabilidad rabiosamente intuitiva y un guión trufado de divertidos diálogos propios de los cuatro paracientíficos (no por nada el texto del juego viene firmado por los mismos guionistas de la película, Dan Akroyd y Harold Ramis), convierten el título en una experiencia inmersiva total, con una pasión casi enfermiza por el detalle exhaustivo y el homenaje.

Tras la friolera de dos años de espera desde los primeros anuncios del desarrollo de este videojuego, nuestro título arranca por fin para PS3, y lo hace enarbolando con orgullo el resultado de un trabajo sublime: la materialización de un sueño nostálgico y sin duda una de las mejores adaptaciones a videojuego jamás concebidas. Y es que si la década de los 80 ha vuelto, Los Cazafantasmas tenían que volver.

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