Escándalos y relaciones públicas

Anna Paquin: "La gente es más consciente de lo menos atractivo de los famosos"

  • La actriz canadiense estrena la segunda temporada de 'Flack' en el canal Cosmo, los jueves por la noche

Anna Paquin como Robyn en 'Flack'

Anna Paquin como Robyn en 'Flack' / Cosmo

Su anterior trabajo televisivo a Flack fue The Affair y está ligada al nombre de Sookie Stackhouse con la delirante True Blood. La canadiense Anna Paquin (Winnipeg, 1982) obtuvo un Óscar siendo niña por El Piano, lo que le abrió las puertas de Hollywood y el cine británico en una extensa carrera. En la serie británica Flack es una ejecutiva experta en zafar de los escándalos a sus clientes. El canal Cosmo, en las plataformas de pago, estrena los jueves a las diez de la noche los episodios de la segunda temporada.

–Ponga en situación ¿qué es Flack?

–Para que lo entiendan mejor en español, el título de la serie alude a una expresión despectiva para los publicistas. “Flack” es la persona encargada de dar siempre información positiva de una organización. La serie, por tanto, revela cómo puede llegar a ser ese trabajo: la cara oculta, las miserias y la trastienda del mundo de la farándula. Y al tiempo desmitifica con grandes dosis de humor el negocio de las agencias de relaciones públicas. Yo soy la protagonista, pero el reparto lo forman cuatro mujeres extraordinarias.

Tráiler de la segunda temporada de 'Flack'

–Recuerde en qué situación se encuentra su personaje, Robyn.

–En la primera temporada Robyn ha torpedeado sus relaciones personales. De hecho, no le queda nadie. Se da cuenta de que ha estado centrada en su trabajo y ha tratado de alejarse de los problemas, no enfrentarse a ellos. Robyn es muy buena en el terreno laboral, pero su vida privada es un desastre.

"El protagonismo aquí es para unas mujeres increíbles y poderosas, y eso es positivo"

Flack es una serie “de mujeres”. No ha sido lo habitual en su caso.

–Casi siempre he trabajado en repartos de predominio masculino: las tramas han tenido a los hombres, con sus acciones, deseos, opiniones, como eje principal. Es aconsejable que una serie como Flack rompa con esta dinámica. El protagonismo aquí es para unas mujeres increíbles y poderosas, y eso es positivo. Dice mucho en favor de la normalización.

–¿Qué podemos esperar de su personaje en los nuevos capítulos?

–A Robyn se le acumulan los problemas. Tendrá que reconstruir las maltrechas relaciones con su hermana Ruth, su amiga y compañera de trabajo Eva y su novio Sam. Sin duda lo va a intentar, pero no será una tarea fácil. Mi personaje sigue siendo la persona emocionalmente inestable y desconcertada que tomó unas decisiones muy malas al final de la temporada pasada.

–¿Flack muestra cómo son las ficciones “de mujeres” de la nueva década?

–Detrás del equipo de las dos temporadas está Oliver Lansley que es un actor y guionista extraordinario. Cuando empezó a escribir la serie desarrolló unas mujeres complejas, difíciles, independientes y con mucho carácter y que no tienen que disculparse por ello... y eso me encanta. Fue todo un reto ya que tuvimos mucho tiempo para prepararnos los guiones de la primera temporada pero para la segunda todo fue mucho más rápido: la serie es un éxito y tienes que preparar más guiones. El equipo de Oliver reaccionó muy bien.

–El propio Oliver aparece en su serie.

–Es quien interpreta a mi traficante, un americano llamado Mike. Es un personaje excéntrico, obsesionado con los gatos, pero muy inteligente y cálido. Robyn es una adicta y tenemos algunas escenas realmente buenas.

–¿Hacia dónde se dirige la conflictiva relación de Robyn con su hermana Ruth (Genevieve Angelson) y su amiga Eva (Lydia Wilson)?

–Veremos a Robyn y Ruth tratando de arreglar las cosas. El perdón y la reconciliación es un camino difícil. Lo intentan, pero la hermana tiene sus propias luchas y problemas que quedan patentes con el colapso de su matrimonio. Robyn tratará de hacer todo lo posible para que vayan las cosas bien con Eva, pero ella se siente traicionada.

–Los espectadores conocerán a la madre de Robyn, a cargo de Martha Plimpton, que de adolescente aparecía en Los Goonies.

–Aparece en España esta próxima semana, con el capítulo 3. Cuando la vida personal está destrozada se le vienen flashbacks del período de tiempo que pasó con su madre después de salir de un sanatorio. No es que necesitemos que la gente sienta lástima por Robyn, pero el conocer a los padres de alguien a veces explica mucho sobre cómo son ellos. Sabremos que la madre se suicidó, así que no podemos dejar de pensar en el destino de Robyn si no endereza su vida cuanto antes.

–¿Y cómo es Martha Plimpton?

–Es una actriz de muchísimo talento. Sabe representar a la perfección lo turbio, lo desagradable y la manipulación del personaje.

"Con Sam Neill no había vuelto a coincidir desde 'El Piano'. Grabamos la primera escena juntos al cabo de 25 años"

–Esta serie es británica y en el Reino Unido han debido recrear Nueva York ¿cómo se hace?

–Recrear Nueva York en Inglaterra es un reto, pero el equipo hace un gran trabajo. Yo misma era un poco escéptica sobre el resultado, pero finalmente ha quedado muy bien. Encontramos una localización en un bosque y trajimos todo el atrezzo necesario.

–Entre los invitados están Sam Neill, el protagonista de El Piano, cuando usted era una niña...

–Me hizo ilusión. Los actores invitados son un punto fuerte de esta serie. Neill interpreta a Duncan Paulson, el exmarido de Carolina y fundador de la agencia Mills Paulson. No habíamos vuelto a coincidir desde El Piano. Me alegré mucho de reencontrarme con él. Es un gran actor y aporta mucho. Grabamos la primera escena juntos al cabo de 25 años. Fue muy intenso. Es difícil entrar en detalles sin arruinar la trama, pero adelanto que borda el personaje. Tenemos la suerte de contar con la visita de muchos clientes que pasan por la agencia: Jane Horrocks (Absolutamente fabulosas), Kevin Bishop (Las muñecas rusas) o Paul Ready (Motherland). Mi marido, Stephen Moyer, dirige dos capítulos.

–¿Flack presenta la otra cara, real, de los famosos?

–Creo que hoy en día y gracias a las redes y los medios la gente es más consciente de algunos de los aspectos menos halagadores y atractivos de los famosos. Sus vidas y miserias están expuestas. Lo divertido es que en cada episodio de Flack siempre hay guiños a situación reales que son de dominio público. Y es divertido pensar que esas situaciones podrían haber ocurrido de la forma en que las contamos.

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