Frank Cuesta no tiene ganas de volver a la televisión, pero reconoce que con su Frank de la Jungla ha alcanzado el aprecio de la audiencia por "ser de verdad, real, no mentir y enseñar la vida misma". Cuesta ha escrito con el periodista Nacho Medina un volumen sobre lo vivido en estas temporadas del programa de Cuatro. "Se trata de un cuaderno de bitácora sobre lo que ha pasado durante el programa para que la gente sepa lo que nosotros hemos vivido, por eso recoge un montón de anécdotas e historias que ocurrieron pero que no fueron grabadas o emitidas". Es un libro que se convierte en herencia literaria de lo que ha sido un espacio que, por ahora, no hay intención de rescatar para años venideros.

"Hay programas muy buenos sobre la fauna, pero hemos querido hacer algo fresco y que permite acercar este tema a los futuros espectadores de los documentales de La 2", expone con cierta ironía Cuesta, que se va a vivir de nuevo a Tailandia con su familia y que afronta una nueva etapa audiovisual, pero en internet, alejado del fragor de los índices de audiencia y de la presiones mediáticas.

Ahora que en la presentación por toda España de su libro se asemeja al epílogo de una etapa que le ha supuesto una gran popularidad, Frank cree que no va a echar de menos todo este mundo de la televisión. "Rodar el programa ha sido una experiencia, pero yo prefiero la jungla en soledad", reflexiona el herpetólogo: "yo sigo trabajando con animales sin cámaras; ahora vuelvo a ser yo y no tengo que pensar en si puedo o no decir una cosa por ser alguien famoso".

El que fuera conductor de Frank de la Jungla quiere volver a sus orígenes, lejos de las cámaras. Pide "libertad de vida" para seguir siendo fiel a sí mismo y reanudar su faceta de investigador sin estar obligado a la narración en un programa.