Gloria Lomana. periodista

"Por muchas trampas que uno haga, la mentira tiene caducidad"

  • La que fue durante trece años directora de informativos de Antena 3 publica una novela donde plasma muchos de sus conocimientos del subsuelo del poder y la política

Gloria Lomana, autora de la novela 'Juegos de poder'.

Gloria Lomana, autora de la novela 'Juegos de poder'.

Un empresario de medios se introduce en los vericuetos políticos de una España enfangada. Juegos de poder (La Esfera de los Libros) es el título de la novela de Gloria Lomana, ex reportera de TVE y durante trece años, entre 2003 y 2016, directora de informativos de Antena 3. En la actualidad es contertulia en Herrera en COPE.

-Con tantos años de experiencia, en una élite donde los hombres son mayoría absoluta, todos pensábamos que usted escribiría un ensayo voluminoso...

-Pues no, aquí está una novela. Me la propuso La Esfera de los Libros y fui la primera sorprendida. Querían un House of cards en español. Había que buscar personajes muy malos para divulgar la parte de maldad que hay que en el poder, la comunicación, la política o en las cloacas del sistema la novela no es mal género. Llega a todos.

-¿Podríamos encontrar a su protagonista, Marcelo Russo, en algún despacho?

-Cuando un editor tiene una ambición desmedida, como ya describió Welles en Ciudadano Kane, nos sale una persona perturbadoramente malvada, depravada. Es un tipo que surge rebuscando información por las alcantarillas del Estado, que obtiene su influencia mediante vicios incofensables... Estamos hablando de un persona dispuesta a todo para tener el poder. Digamos que gente así existe. Nos lo podemos imaginar en muchas partes del mundo.

-Cuando la ambición se torna en una obsesión enfermiza predestinada al desastre.

-Uno puede imaginar personas que funcionan con esa ambición de manera perturbadora. La información es poder pero ellos la utilizan en su beneficio exclusivo, para sus fines personales. Si se produce en alguien que se dedica al negocio de la información, es letal.

-¿Desde tantos medios y redes como hay en la actualidad se puede tener tanto peso?

-En la novela nos encontramos con un personaje que llega a captar a todos los poderes del estado, que configura una opinión pública que está contaminada y que termina afectando a la democracia. Los ciudaddanos mal informados no son completamente libres. Se puede dar actualmente. No todo el mundo trabaja con criterios éticos como podemos comprobar. Y aunque haya sólo una persona con suficiente peso el daño puede ser brutal. Desde las cloacas Russo detecta que una portada contra alguien se vuelve perversa y útil.

-¿La figura más aproximada que hemos tenido así en España sería Mario Conde?

-En esta ficción aparece también Mario Conde. Las formas de Russo se aproximarían a una figura como Berlusconi. El modelo de este personaje de ficción es tener todo el poder y todo el dinero posible. No importa si de manera corrupta y haciendo todos los favores. Marcelo quiere el asalto a la alta política y no es extraño encontrarnos persnajes que lo ambicionan y enturbian todo.

-¿Estamos en riesgo de líderes como el que dibuja su libro?

-Se puede dar de manera aislada. La ficción tiene personajes que son ficción e incluso los reales tienen algo de ficción. La mayoría de los editores trabajan buscando la verdad y ajustandóse a los hechos.

-Un presidente como Trump surgió de sus negocios pero sobre todo su popularidad se debe a un programa de entretenimiento.

-Ahora se escala por la televisión, por las redes sociales. En el caso de Russo no tiene un final feliz como se adelanta en los primeros párrafos. Siempre creo que por muchas trampas que uno haga la mentira tiene fecha de caducidad. La verdad se impone y personajes como éste, si fuesen reales, se van a encontrar con la ley...

-¿Con las redes es más fácil o más difícil influir en todo el mundo?

-Ahora la capacidad de manipulación es inmensa. Un tipo como Russo puede tener capacidad de agitar las redes. A comienzos de este siglo con la aparición de blogs, el impulso de google, los ciudadanos íbamos a vivir en una democracia digital, a ser nuestros popios editores. Pero no contábamos con el oleaje de quienes perturban la opinión pública. Es un círculo perverso: creas un bulo y a continuación tienes portadas, menciones, una tertulia, y así condicionas al actor económico o político. Cuando éste va a explicarse, para desmentirlo, la bola de nieve crece.

-¿Qué puede hacer, entonces, el periodismo?

-Lo razonable es practicar el periodismo con un control natural. Repensando, investigando, analizando. Ése es el valor. Las redes son una oportunidad para el periodismo porque nos dan inmediatez, nos dan mucha información, pero no se puede hacer seguidismo. Hace falta más análisis. Hay dos tipos de guerras. Una es la psicológica, para condicionar e intimidar, incluso a periodistas, al margen de la otra guerra: la de querer influir. Se vive así en Cataluña, con una opinión pública instigada por movimientos. En Cataluña se perdió la capacidad de sorpresa. Una campaña electoral con un candidato fugado, otro en la cárcel, la circulación de miles de bots del kremlin. Hay que pensar hasta qué punto se puede configurar una opinión pública distorsionada, que no es libre, que no es correcta. Si estás lanzando bulos y ésto impacta en la opinión pública es un ataque directo al sistema democrático.

-La inmediatez, la lectura por titulares, impide hacer un periodismo con calma.

-Entre todos tenemos la responsabilidad de lo que circula por las redes. Siempre nos enseñaron que las fuentes son importantes y que hay que verificar las noticias por distintas fuentes. Los periodistas no podemos estar en la lucha de la información inmediata porque sí, tenemos que competir con el rigor.

-Las empresas periodísticas están reconfigurando su modelo de negocio. Son tiempos difíciles.

-El modelo está cambiando pero el método debe ser el mismo: contrastar. La información ha cambiado y no hacen falta corresponsales en todas partes. Con el periodismo ciudadano se pueden hacer las mejores noticias inimaginables. Hay modelos caducos pero lo que no puede caducar es la verdad, dentro de la pluralidad en las líneas editoriales. Con diferentes medios serios el lector puede sacar sus conclusiones.

-En su etapa en Antena 3 vio cómo cambiaba todo en muy poco tiempo.

-En Antena 3 me reinvetaba respecto al día anterior. Vivimos dos digitalizaciones y acabamos con el busto parlante. Ya no cabía hacer conexiones o informativos con los periodistas estáticos.

-Se criticó la pantalla gigante que ahora está en todos las cadenas.

-Había que ponerla y fuimos aprendiendo cómo sacarle ptrtido.

-Tras tantos años en primera línea ¿cómo es su vida ahora?

-Se cerró una etapa y puedo vivir el periodismo sin estar 24 horas conectada. Me he llevado más de 20 años en ese ritmo. Ahora tengo tiempo para pensar, escribir, leer. El periodismo no es un oficio, sino una manera de vivir, y ahora tengo una vida más normal.

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