-El actor granadino regresa a la comedia (comenzó con A ver si llego, en Telecinco) con esta serie ¿Qué representa Álex en este Buscando el Norte?

-Se queda parado tras privatizarse el hospital público donde trabajaba. Debe pagar la hipoteca de su piso y se ve obligado a buscar ingresos a la desesperada en Berlín, donde por cuestión de idioma no encuentra trabajo de lo suyo. Es un escéptico que se le viene abajo todo en lo que confiaba, por mucho optimismo que quiera tener. Debe salir de su zona de confort para sufragar en Berlín la apacible vida que tenía en España. Es duro emigrar con treinta y tantos. Álex evolucionará hacia el descubrimiento de una vida que cada vez más le seduce, con un amor a distancia.

-¿Cómo está siendo el rodaje?

-Hemos estado grabando en estas semanas donde apenas hay ocho horas de luz. Hay que trabajar deprisa, aprovechar el tiempo porque a las cuatro de la tarde ya es de noche cerrada.

-El idioma, como sufren los emigrantes reales, es bien difícil.

-Muy difícil. Te puedes defender con unas palabras, pero para un adulto español aprender alemán es una misión muy complicada.

-El público no le reconoce tanto en la comedia...

-José Luis Moreno me dio la primera oportunidad en la comedia y tras Paquirri se sucedieron los papeles dramáticos. La comedia me gusta y espero gustar aquí. Buscando el Norte no son gags, es un tono de comedia, de crítica, que envuelve todas las situaciones. Defenderse ante las costumbres, el idioma, la comida ya genera de por sí situaciones de humor,

-¿Se compara con su personaje? Usted pasó de Granada a Madrid.

-Fue duro porque era muy joven. Hay situaciones que se parecen, pero yo he tenido más suerte. También he vivido una Navidad con atún de lata aliñado con limón.