Entre las dietas y los estragos que deja a su paso el ciclón verano, hay una luz a mediados de septiembre: celebrar el Día Mundial del Chocolate. Te enseñamos dónde hacerlo mejor en Sevilla.
Se dice que “no hay mal que cien años dure, ni pena que el chocolate no cure”. Por tanto, en este mes de lamentos ante la báscula, el chocolate,
aunque no ayude a la tableta personal, sí puede ser un remedio a los pesares que el periodo estival ha dejado tras de sí.
Desde Diario de Sevilla, proponemos un recorrido por los templos confiteros de la capital andaluza y sus especialidades con chocolate. Punto y aparte
a las pesadumbres del ‘dietismo' instaurado y recuerden que tallas hay muchas, pero vida solo una. Así que lo dicho, 'Las cosas claras y el chocolate espeso’.
Entre las dietas y los estragos que deja a su paso el ciclón verano, hay una luz a mediados de septiembre: celebrar el Día Mundial del Chocolate. Te enseñamos dónde hacerlo mejor en Sevilla.
Se dice que “no hay mal que cien años dure, ni pena que el chocolate no cure”. Por tanto, en este mes de lamentos ante la báscula, el chocolate,
aunque no ayude a la tableta personal, sí puede ser un remedio a los pesares que el periodo estival ha dejado tras de sí.
Desde Diario de Sevilla, proponemos un recorrido por los templos confiteros de la capital andaluza y sus especialidades con chocolate. Punto y aparte
a las pesadumbres del ‘dietismo' instaurado y recuerden que tallas hay muchas, pero vida solo una. Así que lo dicho, 'Las cosas claras y el chocolate espeso’.
DISEÑO Y PROGRAMACIÓN: Ángel Cachón de Elias y José Antonio Sánchez
REDACCIÓN y FOTOGRAFÍA: Fran Moreno y Víctor Rodríguez
A la sombra de las setas, por las estrecheces de la calle Regina, se pasea La creme de la creme. Se trata de una cafetería y
pastelería artesanal que fusiona la calidad del producto español con la pasión del arte culinario francés. Un sabor auténtico
que los dulceros podrán paladear en su bollería fina como los croissants de mantequilla, hojaldres o napolitanas, pero la guinda
del pastel se encuentra en la tarta de chocolate, elaborada con bizcocho jugoso, ganache de chocolate y nocciolata. Sin dudas, un
rincón que pondrá 'la chair de poule' a los amantes de la confitería.
La creme de la creme está en la calle Regina, 1. Sevilla.
Repica La Campana confitera, aquella que marca el camino hacia una parada obligatoria en la calle Sierpes. Maestros artesanos
pasteleros desde 1885 y con un escudo donde figura la leyenda de “proveedor de la Real Casa”. Hay una regla ineludible en la
elaboración de sus manjares, y no es otra que hacerle caso al refrán que dice que “las prisas no son buena consejeras”. Por ello,
siguen un método artesanal que tiene una duración de 24 horas, dando como resultado un producto auténticamente artesano.
Entre años de historia y azúcar,
asoma el petisú de chocolate o trufa y la turquesa con chocolate, mantequilla y yema.
Sigan el sendero confitero. Sigan el repicar de La Campana.
Confitería La Campana está en la calle Sierpes, 1-3. Sevilla.
Una página de la historia sevillana debe girar en torno a la Confitería Ochoa. Desde finales del siglo XIX, Ochoa es el apellido
más dulce de la capital andaluza. No ha perdido la esencia de las tertulias de toda la vida al calor de un café y un pastel.
Es punto de encuentro de muchas familias que, generación tras generación, crecen al calor de este obrador propio. Ochoa acompaña
desde el desayuno a la cena, pero el postre no debe ser otro que las trufas de chocolate, todo un placer para el paladar. Si ya
decíamos que repicaba La Campana confitera, con Ochoa, la calle Sierpes tiene nombre y apellido.
La dirección de Confitería Ochoa es: Calle Sierpes, 45. Sevilla
La Esperanza Macarena es dulcera gracias a la confitería Palladares. Desde 1976, este templo repostero, que se erigió gracias
al esfuerzo y el tesón de Don Julián Palladares García, cuenta con la confianza de sus vecinos macarenos y toda Sevilla, así lo
atestiguan sus cuarenta años al pie del cañón confitero. El esmero y trabajo artesanal de este obrador espolvorean cada creación
que adorna sus vitrinas, por las que asoman las celestiales cuñas y palmeras de chocolate. La Macarena está de enhorabuena y la
Confitería Palladares se merece una “levantá”.
Confitería Palladares está en la calle Playa de Torrelahiguera, 1. Sevilla.
Catedrático en esto de la confitería, Manu Jara sienta cátedra allá por el barrio de Triana y su calle Pureza. “La pasión de
convertir las ideas en algo más que postres” es lo que ha conseguido este arquitecto del dulce, pastelero de profesión y docente de
vocación. Más de quince años de experiencia que ahora comparte junto con el amor al arte y a los manjares que salen de su obrador.
Entre pasteles y bollería fina, sus tabletas de chocolate y azulejos tradicionales. En un barrio de alfarería,
la repostería remata el
arte trianero.
Manu Jara está en la calle Pureza, 5. Sevilla.
El Santo Grial de la tarta de verdad se encuentra en la calle Carlos Cañal. Ambrosius ha coronado la cima de este clásico de
la pastelería del centro de Europa. Un manjar conocido a nivel mundial y que llevan elaborando, de manera auténtica y recurriendo a
antiguos recetarios transmitidos de generación en generación, desde 1996. Flanqueada por un ejército de flores de nuez moscada, macarons,
ochitos y Spekulatius, la tarta Sacher corona este reino dulcero. Dos planchas de bizcocho de chocolate y mantequilla separadas por una
fina capa de mermelada y recubiertas con un glaseado de chocolate negro, harán de la guerra del paladar una victoria segura.
Ambrosius está en la calle Carlos Cañal, 10. Sevilla.
Sevilla a los pies de Doña Micaela Ruiz Téllez, fundadora que fue de La Colchona, la casa más antigua de Estepa. Llevan más de un
siglo y medio elaborando mantecados, y cuenta ya con cinco generaciones que no han perdido la esencia que dejara la iniciadora de este
legado dulcero. Entre mantecados, polvorones, roscos de vino y alfajorillos, el chocolate llega a su plena expresión con los barquillos.
Este pequeño manjar, es un bocado de cielo que sabe a historia confitera. Gracias a La Colchona por endulzar durante tantos años la vida
de sus fieles clientes.
Mantecados La Colchona está en la calle Cuna, 37. Sevilla.
Se dice que “Quien trigo siembra, pan recoge”. Eso les ha pasado a Simone, Max y Juan que, gracias a su constancia, trabajo y
autenticidad, han conseguido poner a Pan y Piú como uno de los referentes de panadería y repostería de Sevilla. Sobre las bases de
la tradición y la necesidad de rescatar los sabores de siempre , este grupo de empresarios de Italia, Francia y España, ofrece algunos
panes, acompañados de tartas y dulces como las palmeras y el croissant de chocolate, auténticos manjares que ponen el sabor a la calle
Cabeza de Rey Don Pedro.
Pan y Piú está en la calle Cabeza de Rey Don Pedro, 15. Sevilla.
Medio siglo de tradición y artesanía plasmada en un arte repostero inigualable. Ya dijo el escritor Jean de la Fontaine que “por su obra
se conoce al artesano”, y la Confitería Lola lleva, generación tras generación, siendo un referente de la pastelería tradicional sevillana.
El azúcar no es el demonio y ellos lo saben. Por eso, sus productos
buscan la alimentación sana y equilibrada.
Sabor a lo nuestro en su tarta de chocolate entera rellena de cacao o su pastel africano con trufa. Pasión y respeto por las costumbres,
aderezado con un poquito de innovación para amoldarse a los sabores que corren por estos tiempos.
Confitería Lola está en la Avenida de Alvar Núñez, 8. Sevilla.
Otro de los apellidos reposteros por excelencia en la ciudad de Sevilla es el de Gavira, que, desde 1973, lleva el sabor más dulce a
las calles de la ciudad de los Reales Alcázares y la Giralda. Con un obrador propio, son especialistas en minipastelillos y bollería
artesanal, con un 100% de calidad natural. Un laberinto de helados, pasteles y tartas hasta donde la vista no alcanza. Hay que hacer
especial mención a las palmeras, cañas y los tradicionales pestiños de chocolate, una vuelta de tuerca más a este manjar tan tradicional
sevillano.
El Petisú está en la Calle Luis Montoto, 85. Sevilla.
Un trocito de cielo en sus tocinos, el bocado inconfundible de sus yemas o las imperiales bizcotelas. La Confitería Rufino lleva,
desde 1875, desarrollando el arte milenario de la pastelería. Recetas de toda la vida que no han caído en el olvido, y que son el
legado que dejó, desde Aracena, Rafael Rufino Santos. Si nos adentramos en el afrodisíaco cacao, las vitrinas alardean del chocolate
con frutos secos, las guindas con licor, los bombones o los barquillos. La familia Rodríguez Romero, con José Luis y Gertrudis a la
cabeza, quienes se hicieron cargo de Confitería Rufino el 29 de julio de 1974 de manos de Rafael Rufino Hermoso, nieto del fundador,
han sabido seguir dando sabor a esta centenaria pastelería.
La Confitería Rufino está en la calle Génova, 2. Sevilla.
De la sabiduría hostelera de la Taberna Alabardero y sus años de experiencia elaborando los postres en el restaurante La Vinería de
San Telmo, Reyes ha conseguido su sueño. Desde septiembre de 2014, Gollerías endulza a los viandantes de la calle Pedro Pérez Fernández.
Un pequeño rincón que se llena diariamente de dulceros deseosos de probar la tarta de zanahoria, la de Santiago o la reina de la corona,
la tarta de chocolate húmeda. Se puede ser muy buen repostero, tener recetas para chuparse los dedos pero, sin lugar a dudas, el amor de
Reyes es el ingrediente secreto.
Gollerías está en la calle Pedro Pérez Fernández, 29. Sevilla.
Mamá Inés es un café y obrador artesanal ubicado en Sevilla. El primero se encuentra en la Plaza de Zurbarán, junto a Metropol Parasol,
y el segundo se sitúa en el Mercado de la calle Feria. Desde los puestos 28 y 29, se confeccionan a diario y de forma artesanal tartas,
pasteles, bizcochos y sus famosas galletas de chocolate, agrupadas de manera elegante en pequeñas bolsas ideales para ser acompañadas de
un buen café en los desayunos o las meriendas. Si algún jueves de mercadillo, el apetito aprieta, Mama Inés es una opción ideal para saciar
los antojos dulceros.
Mamá Inés está en el Mercado de Feria, Puestos 28-29. Sevilla.
Historia, tradición y largo linaje conforman el éxito de La Despensa de Palacio. Desde 1973 la pasión mueve a esta familia de reposteros,
una pasión que se ha transmitido de padres a hijos y por la que Asun, Antonio y Cristina, después de habernos formado con los mejores
maestros chocolateros de Suiza y Francia, como Maurice Bernachon y Paul Bocuse, han podido aprender el arte de la confitería. Amasar,
cocer y batir para sublimes creaciones como la palmera, la muerte por chocolate o el Doña Paula. En definitiva, La Despensa de Palacio,
también es la de muchas casas.
La Despensa de Palacio está en la Calle Villegas, 1. Sevilla.
La calle San Jacinto da cobijo a otra de las familias más dulces de la capital hispalense. Los Gavira Vaya son un claro ejemplo
de tradición confitera que durante muchos años ha servido con esmero, desde su pequeño obrador trianero, una variadísima selección de
productos elaborados de forma artesanal. Obsesión y pasión es lo que sienten sus clientes hipnotizados por las torrijas, la leche frita,
las trufas, palmeras y tronquitos de chocolate, y un pastel denominado negrito que será el punto y final a una velada repostera de muchos
quilates. ¡No se lo pierdan!
La Confitería Lidia está en la calle San Jacinto, 90. Sevilla.
La Gran Manzana llega a la Puerta del Osario. Creps&Go trae los sabores del otro lado del charco con sus majestuosas cupcakes de chocolate.
Para los que se les resiste el idioma, este vocablo inglés hace referencia a las magdalenas de toda la vida, llevadas a cabo con recetas
estadounidenses. La alfombra roja se rinde a los pies de estas pequeñas tartas que se ponen sus mejores galas con glaseados y virutas que
darán colorido y glamour a unas meriendas de Oscar que solo ofrece Creps&Go. En definitiva, y sin lugar a dudas; ¡awesome!.
Creps&Go está en la calle Puerta del Osario, 13. Sevilla.