Así ha vivido Sevilla el Rocío de 2019

El centenario de la coronación de la Blanca Paloma, la salida de Triana desde San Jacinto y los atascos en la Raya han marcado la romería de este año

Josué Correa

La romería del Rocío de 2019 a punto está de acabar. Con la entrada de las últimas hermandades que regresan a sus municipios se pone fin a una peregrinación que ha estado marcada por el centenario de la coronación canónica de la Patrona de Almonte. Aquel 8 de junio de 1919 se pusieron las bases de la actual peregrinación, ya que la devoción que se le profesaba entonces a la Patrona de Almonte empezó a traspasar las fronteras naturales.
También ha sido el Rocío en el que la Hermandad de Triana deparaba una imagen que no se repetía desde 1982: la salida desde su antigua sede canónica, la parroquia de San Jacinto. En esta romería se ha evidenciado de nuevo un problema del que se viene alertando desde hace décadas y que no es otro que la necesidad de habilitar nuevos caminos para llegar al Rocío desde la provincia de Sevilla. La Raya Real sufre un continuo atasco, que dificulta mucho el transitar de las hermandades por las arenas y continuos retrasos.

Antonio Pizarro

1. El mar rojo de la marisma

Coria del Río vertebra estos días la Andalucía del este y del oeste. Puestos de albures y camarones reciben a los rocieros que llegan en barcaza.
El paseo fluvial de Coria del Río es una senda de vida saludable. El Guadalquivir sirve de frontera estos días entre la Andalucía del este y del oeste. Eje vertebrador que cobra en este fiesta su sentido pleno. Todos los caminos acaban en la marisma que ya se presiente en este pueblo donde los albures se venden desde bien temprano. En este largo discurrir el aire se preña de viejas coplas que constituyen una auténtica declaración de intenciones. Una invitación a la aventura: “Coria es diferente, otra manera de ser. Vente conmigo pá Coria por si lo quieres saber”.

Juan Carlos Vázquez

2. San Jacinto desempolva la historia

Las hermandades de Sevilla madrugaron un Rocío más para emprender su camino a la aldea almonteña en la primera semana de junio.
El inicio del camino de las hermandades sevillanas volvió a dejar bellas estampas en muchos puntos de la ciudad. Las corporaciones de Triana, Macarena, Cerro, Sevilla, Sevilla Sur y Castrense emprendieron su camino al Rocío. La salida de Triana fue especialmente emotiva por haber sido desde la parroquia de San Jacinto, desde donde hace 37 años que no partía hacia Almonte. El ambiente fue espectacular en el corazón del barrio, que acompañó a los peregrinos en su salida hacia Huelva por la zona de la Torre Sevilla.

José Ángel García

3. Un jueves pletórico en Villamanrique

Se cumplen 20 años de que la Junta de Andalucía declarase este tránsito Fiesta de Interés Turístico.
Villamanrique vivió un jueves pletórico el 6 de junio con el paso de hermandades rocieras por esta localidad sevillana. Fue la jornada en la que más corporaciones transitaron por sus calles. Este paso cumplió 20 años desde que fuera declarado de Interés Turístico por la Junta de Andalucía. Una de las hermandades que la cruzaron fue la de La Algaba, que celebró sus bodas de plata como hermandad filial. Los bueyes de la carreta del simpecado algabeño entraron la parroquia manriqueña, estampa bastante habitual cuando las hermandades rinden pleitesía a la primera y más antigua corporación rociera.

José Ángel García

4. Donde el camino cambia de piel

El Rocío es fiesta principal en Villamanrique y Pilas, cuyas hermandades son las más antiguas. Los escalones del templo manriqueño son testigos estos días del buen hacer de los carreteros.
Las peregrinas de Pilas gozan de un alto sentido de la elegancia a la hora ponerse en camino. La ocasión lo requiere. Se trata, junto con las carreritas del Domingo de Pascua, de la fiesta grande de un pueblo por cuyas calles encaladas se marcha la caballería. Dejan en el aire el eco de las pisadas. Se adentran en caminos de tierra que en poco mutarán su piel por la arena. Testigo de esta metamorfosis es la antigua Villa de Mures. Sus famosos siete escalones se han convertido en la versión romera de los programas de talentos musicales.

Álvaro Ochoa

5. El río de la alegría

El cruce del Guadiamar por el vado del Quema es uno de los momentos clave del camino de las hermandades de Sevilla hacia el Rocío.
La Hermandad del Rocío de Triana convirtió, por unas horas, el vado del Quema en un sambódromo rociero. Gente a un lado y a otro. Y, en medio, la carreta flanqueada por dos interminables hileras de caballistas. El río Guadiamar se quedó pequeño para la bicentenaria hermandad. Una masa de personas caminaba delante de los bueyes, que lentos y seguros se adentraban en el agua. Las laderas que forman un pequeño valle entorno al río eran gradas para los espectadores. Familias con sillas y neveras se mezclaban con peregrinos trianeros que buscaban un hueco para ver la carreta por encima de los lomos de los caballos.

Antonio Pizarro

6. Atasco en el paraíso

La saturación que sufren los caminos de Sevilla se evidencia cada viernes de Rocío en la Raya, que se vuelve intransitable. Gines es baluarte de la verdad de la fiesta.
La senda que une el último pueblo de Sevilla con la marisma es un Manhattan de arena a hora punta. El caos circulatorio agota la paciencia del más santo. Charrés, carretas, carriolas y todoterrenos se mezclan en un desorden sin avance alguno. La saturación de los caminos de Sevilla tiene en la entrada de la Raya Real su imagen más dantesca. Desde la Venta Mauro resulta complicado avanzar. Como una vía urbana en día de atasco. Las arenas se encuentran este año, falto de lluvias, muy secas, lo que dificulta el transitar de los vehículos. Y hasta de los peregrinos.

Josué Correa

7. Un centenario con mitras, tricornios y políticos

La Guardia Civil abre las presentaciones del sábado con motivo de su 175 aniversario y Monseñor Asenjo oficia la misa del centenario de la coronación de la Virgen
El 8 de junio, pero de 1919, el cardenal Enrique Almaraz y Santos, arzobispo de Sevilla, colocaba sobre las sienes de la patrona almonteña la corona de oro que el joyero de la catedral hispalense, Ricardo Espinosa de los Monteros, había labrado. Cien años después, un prelado hispalense, monseñor Juan José Asenjo, preside la eucaristía con la que se conmemora este aniversario. Una misa concelebrada por todos los obispos andaluces y en la que el arzobispo de Sevilla recuerda las palabras que pronunció hace un siglo el cardenal Almaraz: "Coloquemos a la Virgen en el centro de nuestras vidas, de nuestros corazones".

Canterla

8. Alegato contra la mediocridad

El coro de la Hermandad de Sevilla canta en el pontifical el himno del centenario de la coronación de la Blanca Paloma, obra de Rafa Serna.
Domingo de Pentecostés. Sucesión de simpecados sobre las tarimas. Moqueta amarilla. Casullas rojas y albas blancas. Estampa propia de una jornada que forma parte ya del imaginario colectivo de los andaluces. Comienza la misa que congrega a todas las hermandades en el real de la aldea, donde hace cien años se coronó a la Virgen del Rocío. Suenan los primeros acordes musicales. El coro de la Hermandad de Sevilla interpreta el himno que conmemora el centenario de aquel acontecimiento, el que cambió la historia de esta romería.

Alberto Domínguez

9. Un salto al cielo

Los almonteños han saltado la reja a las 2:48 tras una tensa espera que comenzó antes de la medianoche en el interior de la ermita rociera.
A las 2:48 entró el simpecado de la Hermandad Matriz de Almonte en una ermita que esperaba ansiosa por sacar a su patrona a las calles de la aldea. Momentos de mucha tensión se han vivido en los minutos previos al salto de la reja, mientras se ha celebrado el rosario de las hermandades. Los que lo portaban se han hecho hueco hasta llegar ante el paso, momento en que los varales han empezado a retorcerse ante un mar de teléfonos móviles y palmas. El salto se ha producido sólo minutos después que el año pasado. Tres minutos después el paso ha empezado a moverse.

Josué Correa

10. Una romería jubilar

La Blanca Paloma llega su templo a las 12:30. La procesión comenzó a las 2:48 con el salto de la reja.
La Blanca Paloma ha recorrido las calles de la aldea durante casi diez horas desde que el salto de la reja se produjera a las 2:48. La imagen, arropada en todo momento por miles de fieles, ha ido visitando durante la madrugada y la mañana todas las filiales presentes en la romería. La imagen siempre ha estado rodeada de una multitud de fieles que con fervor y alegría le han cantado constantemente vivas y salves a su paso. Sobre las 12:30 ya estaba en la puerta de la ermita, donde se ha recreado como despedida a todos los peregrinos.