Toros

Detalles de Campos y firmeza de Caballero en festejo aburrido

¡Qué emoción!, es una de las típicas proclamas irónicas que suelen escucharse muy a menudo desde el tendido 7 cuando los astados que saltan por los chiqueros de Las Ventas no aportan absolutamente nada por su falta de casta y fuerzas.

Y ese grito tan elocuente a veces, en esta ocasión puede atribuirse a la perfección para valorar de forma sucinta la novillada que echaron hoy los Hermanos Collado Ruiz. Un encierro noble, sí, que no se comía a nadie, pero insulso y blando a más no poder, excepto el buen cuarto, que, sin embargo, no consiguió remontar una tarde de lo más aburrida.

El novillo que abrió plaza evidenció su escasa fortaleza nada más hacerse presente en el ruedo, perdiendo las manos dos veces en el recibo de capote, otra a la salida de la primera vara y una más en banderillas, por lo que, como era lógico, apenas tuvo empuje en la muleta, donde claudicaba también a la mínima que se le apretaba.

Blanco, que prologó su labor con estatuarios, llevó a cabo una faena compuestita y a media altura en la que no pudo pasar de los pases sueltos, los mejores sobre la mano izquierda, frente a un novillo dócil pero que no aportó prácticamente nada.

El cuarto tuvo algo más de gas que sus hermanos, y aquí el que falló fue Blanco, que lo pasó con largura sobre ambas manos pero sin demasiadas apreturas, un punto acelerado y sin terminar de rematar los muletazos, por lo que la faena, aún voluntariosa, no rompió en ningún momento.

Campos se las vio en primer lugar con un novillo bobalicón, es decir, noble pero sin malicia alguna, y que no transmitió nada.

Lo bueno de Campos fue que supo cuidar y administrar muy bien a su oponente, que tampoco andaba sobrado de fuerzas, a base de temple y muchos desahogos para conseguir afianzarlo y robarle así un par de tandas a derechas con mucha suavidad y buena compostura, demostrando las finas formas que atesora.

Un epílogo por alto y una certera estocada pusieron fin a una obra en la que el de Llerena puso la chispa que le faltó al de Collado Ruiz, y que le valió para saludar una ovación.

No pudo tener peor suerte Campos en el quinto, un novillo que apuntó cosas buenas de salida pero que en las probaturas con la muleta se partió la pata derecha trasera, por lo no le quedó otra que pasaportarlo.

El primero de Caballero, tercero de la tarde, no cambió la decoración en el ecuador del festejo. Un novillo noblote pero sin fuerzas, y que para colmo acabaría de quebrantarse con un volatín en los primeros compases de la faena de muleta, aplomándose y renegando desde entonces cualquier tipo de afrenta por parte del madrileño que no pudo hacer nada.

Recibió Caballero con elegantes verónicas a pies juntos al sobrero de Martelilla que salió en último lugar, que desarrolló muchas complicaciones en el último tercio, muy brusco, rebrincado y orientándose según avanzaba su lidia.

Quiso mucho este joven espada, que tragó también lo suyo en la cara del animal con firmeza y seguridad para conseguir pases aislados de buen trazo y para justificarse también de sobra ante tantas incomodidades planteadas por su antagonista.

Los novilleros Rafael Cerro, Brandon Campos y Tomás Campos disputarán la final del certamen de novilladas del mes de abril en Las Ventas, que tendrá lugar el próximo domingo, día 28, con reses de la ganadería de Guadaira.

El cartel se con formó después de que la empresa Taurodelta haya ido proclamando un novillero triunfador de cada uno de los tres festejos clasificatorios celebrados a lo largo de todo el mes de abril.

Rafael Cerro fue el novillero más destacado del primer festejo que tuvo lugar el domingo día 7 gracias a una actuación firme y muy madura emborronada sólo por el mal uso de la espada.

El mexicano Brandon Campos fue el elegido como el triunfador del segundo festejo del pasado día 14 por la voluntad y la entrega que demostró con una novillada muy deslucida de El Serrano.

Y por último, Tomás Campos fue proclamado tercer finalista el término del festejo de hoy en Las Ventas por el buen y fino concepto que evidenció en otra novillada de poco fuste de Hermanos Collado Ruiz.

El vencedor de este certamen obtendrá como premio un coche de cuadrillas valorado en treinta mil euros.

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