Toros

Espectáculo para el olvido

  • Uceda, desanimado, y Marco y Paulita, voluntariosos, se marchan de vacío tras lidiar toros de Dolores Aguirre

Prácticamente ningún recuerdo guardarán los aficionados del cuarto festejo de la Feria del Toro. Nada que ver la corrida de ayer de Dolores Aguirre con la que envió esta ganadería el año pasado. Ni en presentación ni en juego. Por su parte, un desanimado Uceda Leal y unos voluntariosos Francisco Marco y Luis Gaspar Paulita se marcharon de vacío en un jornada en la que por la mañana fueron galardonados Dolores Aguirre y el diestro David Mora por sus éxitos en los Sanfermines 2013.

El encierro, dispar tanto en hechuras como en juego, con leña, de desigual comportamiento en varas -al cuarto y sexto les dieron fuertemente- y en la que ningún ejemplar tuvo clase tras las telas, fue material de tono medio en su conjunto en un espectáculo que transcurrió con escaso interés en una plaza que es un hervidero en los tendidos cada jornada.

José Ignacio Uceda Leal, mal, dejó una pobre impresión. Con el que abrió plaza, suelto de carnes, con pies de salida y llegó con recorrido a la muleta, aunque suelto, Uceda Leal, a la defensiva con el capote, tampoco se confió en la muleta.

El cuarto, bien presentado, corretón, suelto en los primeros tercios, fue duramente castigado en varas, recibiendo tres puyazos. Aun así, el animal llegó con movilidad a la franela de un Uceda que no quiso saber nada y lo despachó de inmediato, con protestas del público.

El local Francisco Marco, como es habitual, toreaba en el coso de su tierra la primera corrida de su temporada. Se mostró animoso. Con el segundo, de cuerna abierta, alto y manejable, realizó una labor porfiona que comenzó con un muletazo por la espalda y en la que faltó entrega al toro y más tablas al torero. Con el cinqueño que hizo quinto, descomunal, musculado, a cinco kilos de los seiscientos y que resultó complicado, Marco inició su labor con acierto, con doblones por bajo. El navarro lo intentó todo ante un animal que topaba, en lugar de embestir.

Paulita dejó la impronta de su buen corte en algunos detalles. Con el reservón tercero, alto, zancudo, a menos hasta echarse en la faena de muleta, el diestro toreó muy bien a la verónica, abrochando con una bella media y con la franela obligó al toro, que tardeó y se quedó corto.

Con el sexto, bien presentado, al que zurraron en exceso en el primer tercio, la labor no tuvo interés alguno, con un animal sin apenas brío.

Tarde para el olvido, a la espera de hoy en la que Juan José Padilla -el ídolo de esta afición-, Iván Fandiño y Juan del Álamo se enfrenten a toros de Victoriano del Río.

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