corrida extraordinaria de la beneficencia de madrid Ganadería: Se lidiaron cinco toros de Victoriano del Río y uno, el tercero, de Toros de Cortés -misma casa ganadera y encaste Juan Pedro Domecq y Díez-; más un sobrero de Montalvo, como sexto bis. Los cuatro primeros cinqueños. Encierro mal presentado, con la mayoría de ejemplares fuera de tipo, con dos astados por encima de los 600 kilos; en juego, estuvo marcado por la mansedumbre, en el que se salvó el primero, encastado, con movilidad, prontitud y humillación. Fue el de menor peso -490 kilos-. El de Montalvo, sin clase. TOREROS: Julián López 'El Juli', de rioja y oro. Pinchazo hondo y dos descabellos (palmas). Estocada (palmas). Estocada y dos descabellos (silencio). Miguel Ángel Perera, de nazareno y oro. Pinchazo y media caída (silencio). Estocada y descabello (silencio tras aviso). Estocada (silencio). INCIDENCIAS: Plaza de toros de la Maestranza. Jueves 3 de junio de 2015. Corrida extraordinaria de Beneficencia. No hay billetes. Presidió honorariamente la infanta Elena. Sobresaliente: Saleri. El Fini y Guillermo Barbero saludaron tras banderillear al quinto toro.

Julián López El Juli, torero mandón en los despachos y en el ruedo, y Miguel Ángel Perera, triunfador absoluto del pasado San Isidro, se enfrentaron en un mano muy esperado, con Las Ventas hasta la bandera, en la Corrida de Beneficencia que presidió honorariamente la infanta Elena, quien recibió brindis de ambos diestros en sus primeros toros. A su llegada sonó el Himno Nacional y la ovación se eternizó. En Madrid no hubo pitos, como el otro día en el campo de fútbol del Barcelona...

El Juli cumplió su segunda y última tarde y Perera la tercera y definitiva de sus comparencias. Realmente no hubo competencia. Únicamente se picaron en quites en el cuarto toro: El Juli, por airosas chicuelinas y Perera, muy por encima, con unas gaoneras de máxima quietud, pasándose los pitones muy cerca, tras abrir con una tafallera.

La corrida de Victoriano del Río defraudó en toda regla. Marcada por la mansedumbre y falta de entrega, únicamente se salvó el que abrió plaza por su casta, movilidad, prontitud y humillación. Este Distante, el de menor peso de la corrida -490 kilos-, de pinta negra, corniabierto, cuesta arriba, manseó en el caballo. Encastado, llegó a la muleta con poder, embistiendo con movilidad, prontitud y humillación. El Juli, tras un inicio suave genuflexo, planteó batalla en las afueras en la que prevaleció su dominio y en la que extrajo los mejores muletazos con la izquierda, especialmente en una serie en la que vació los naturales por abajo y con lentitud y en otra en la que barrió la arena literalmente con la muleta. Con la diestra anduvo un punto acelerado. Mató de pinchazo hondo y dos descabellos y recogió palmas desde el callejón; siendo ovacionado con justicia el toro.

Con el tercero, un castaño con el hierro de Toros de Cortés, construido cuesta arriba, con movilidad y sin clase, el madrileño, que brindó a David Mora, se entregó en una labor a fuego lento y desigual en la que se llevó un achuchón y un susto serio cuando el toro le tapó la salida al entrar a matar y se libró milagrosamente de una cornada. Con el quinto, un gigantón de 651 kilos, de respetables perchas, manso, El Juli realizó un trasteo sin relieve, con el mazacuco saliendo suelto de las suertes.

Miguel Ángel Perera se enfrentó a un mal lote. No consiguió grandes cotas con el manso segundo, siempre buscando tableros, pese al trato suave del diestro, que falló con la espada. Con el gigantón cuarto, un tío, de 660 kilos, musculado, que manseó desde su salida hasta el final, el pacense logró los mejores muletazos con la diestra hasta que se rajó totalmente el morlaco. El sexto fue devuelto tras perder las manos. En su lugar, saltó un sobrero de Montalvo, descarado de pitones, sin clase, con el que el extremeño se estrelló en un trasteo porfión y sin frutos.

La Corrida de Beneficencia, en el punto de mira de máxima expectación, fue un auténtico petardo. El Juli y Perera concretaron un mano a mano sin competencia y... sin toros.