Julio aparicio. Matador de toros

"Necesito sentir nuevamente la magia del toreo"

  • Retorna tras superar una lesión del talón de Aquiles, con el apoderamiento del matador de toros retirado Antonio Mondéjar Ha intensificado su preparación en el campo

El diestro Julio Aparicio (Sevilla, 1969) retorna tras superar una lesión. Torero sin término medio en los ruedos, se cortó la coleta en 2012 en Las Ventas, donde dos años antes había sufrido una terrorífica cornada que le atravesó el cuello. Para esta temporada anuncia su reaparición, con el matador de toros retirado Antonio Mondéjar como apoderado. Aparicio, artista singular que quiere comenzar una nueva etapa, habla con toda sinceridad de varios puntos clave de su carrera, entre los que menciona una y otra vez a sus dos toreros referentes, Curro Romero y Rafael de Paula, "dos genios del toreo".

-Julio, ¿qué motivos le mueven a la reaparición?

-Creo que el toreo es algo que llevo dentro. Es una expresión de sentimientos. Me he recuperado de una lesión muy fuerte en el talón de Aquiles de la pierna izquierda y con problemas en la rodilla, y estoy recuperado. Para mí es muy difícil dejar de sentirme torero. Mi reaparición es por un sentimiento muy profundo para poder manifestar mi concepto del toreo.

-¿Se arrepiente de aquel corte de coleta en mayo de 2012?

-Son momentos, rodeados de un cúmulo de circunstancias, que se hacen en caliente. Si lo analizo en frío es una equivocación que no volveré a cometer. Cuando me vaya será una decisión íntima.

-En los últimos tiempos ha luchado para superar una lesión ¿Cuándo y cómo sucedió?

-El año pasado, entrenando en el campo, en casa de Victorino. No fue una cogida, fue un mal gesto y se me rompió el talón de Aquiles.

-Hablando de percances, la imagen de aquella terrorífica cornada en el cuello no se olvida. ¿Le queda alguna secuela física?

-Si el toreo no tuviese momentos tan duros no se llegaría a sentir lo que sentimos los toreros. Físicamente no tengo secuelas.

-¿Y psicológicamente?

-Después de la cornada, lo acusé en mi vuelta en Madrid. No estaba preparado para eso. Fue muy duro. Ahora tengo la ventaja de que tengo asumido que fue un accidente.

-¿Cómo está acometiendo su preparación?

-Llevo muchos años toreando y el toreo es para disfrutar. Estoy preparándome bien en tentaderos, según me pide el cuerpo. Además, me preparo fuerte, con bicicleta, boxeo, yoga.

-¿Y toreo en el campo?

-Este invierno llevo unos quince tentaderos y he matado seis o siete toros. En cualquier caso, tiene que surgir, que tenga ganas. El toreo es un arte; no es esfuerzo ni trabajo. En el último tentadero, en Algarra, he disfrutado mucho con una vaca. Hubo compenetración y surgió la magia: eso es el toreo.

-Es cierto que usted ha sido un torero singular.

-Ser diferente es algo que no se busca. Esa magia se tiene o no se tiene. En las corridas mixtas con Curro Romero y Rafael de Paula, a los 17 años, todo era distinto. Curro no sólo es un genio del toreo, sino que también es un ser humano único. Es la persona más especial que he conocido en mi vida. También tengo una gran admiración por Rafael de Paula, otro genio. Ya desde que los vi cuando yo era un niño veía que, además de torear como genios, andaban por la plaza de manera diferente.

-Usted, ¿qué quiere y puede aportar en este momento?

-Quiero hacer las cosas con pureza. Necesito sentir nuevamente la magia del toreo. Sentirme cuando estoy delante de un toro, toreando cerquita y despacio. No me preocupa la técnica, que trae ventajas. Cuando siento eso, sé que se transmite rápidamente a la gente. Si ocurriese siempre eso, el toreo dejaría de ser un arte y sería un trabajo.

-¿Hay plaza y fecha para la reaparición?

-No. Mondéjar ya ha hablado con algunos empresarios y hay varias corridas para torear. Ahora tendrá conversaciones con Eduardo Canorea. Mi prioridad es Sevilla. Sería bonito.

-Si ahora estuvieramos en la Feria de Abril, ¿estaría recuperado al cien por cien?

-Sí, claro. Parece que soy sensible y hasta un punto frágil. Pero soy más fuerte de lo que creía y tengo mucha afición y vocación para superar todo. Por otro lado, mi madre me dio la genética para ser torero.

-Si no vienen a Sevilla los toreros del G-5 habrá más puestos ¿Se ve anunciado en la Maestranza?

-Mi trato con la empresa de Sevilla es de muchos años, desde cuando debuté con picadores. Aquí me dio la alternativa en el 90 Curro Romero. Don Diodoro me trató muy bien en Sevilla y en sus plazas. Con Eduardo Canorea es igual, con muy buen trato. Si la empresa me puede encajar sería muy bonito en esta nueva etapa volver a Sevilla. En Madrid he explotado. En Sevilla no he tenido una faena en la que haya explotado, como en Madrid en mi confirmación, y eso lo tengo dentro. Para eso trabajo. Dicen que hay que trabajar para que cuando llegue la inspiración estés preparado.

-Su opinión sobre el litigio de sus compañeros con la empresa Pagés.

-No he estado muy al tanto. Hay que respetar a todo el mundo. Creo que Sevilla es mucha Sevilla y que, toreen unos buenos toreros u otros, la Feria de Sevilla de por sí tiene mucha categoría y mucha importancia.

-¿Qué piensa de la afición y qué faena en esta plaza guarda con más cariño?

-Es de las aficiones más respetuosas y a la vez más duras. Puede pasar del aplauso al silencio y el silencio para mí duele más que una bronca. Prefiero una bronca porque quiere decir que esperan mucho. De faena, recuerdo la novillada matinal de hace 22 años, con José Luis Peralta y Pepe Luis Martín, a un toro castaño de Torrestrella. Lo recuerdo como si fuera anteayer. Caló muy fuerte. A mí y al público.

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