feria de abril | tercera de abono en la real maestranza

Ovaciones a Esaú y Fortes, con mal ganado en tarde lluviosa

  • Destacan el camero, muy dispuesto, y el malagueño, con valor espartano La divisa de Tornay se estrenó en la Feria de Abril con un encierro descastado

plaza de toros de la real maestranza de sevilla Ganadería: Corrida de Manuel y Antonio Tornay, de dispares hechuras y remates y con las defensas muy desarrolladas. En conjunto, descastada. TOREROS: Esaú Fernández, de sangre de toro y oro. Casi entera y descabello (saludos tras ovación). Estocada (silencio). Saúl Jiménez Fortes, de azul marino y plata. Media y cuatro descabellos (silencio), Casi entera (saludos tras ovación). Borja Jiménez, de lila y oro. Pinchazo y estocada (silencio). Dos pinchazos y estocada (palmas de despedida tras aviso). INCIDENCIAS: Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. Lunes 4 de abril de 2016. Un cuarto de entrada. El festejo comenzó con casi diez minutos de retraso para acondicionar el ruedo. Se informó por megafonía que, dado que el piso de la plaza estaba bien y los diestros querían actuar, la autoridad daba permiso para el mismo. El festejo empezó con un aguacero y a lo largo del mismo llovió con distinta intensidad.

Llovía, Fernando. Cielo entoldado. El alma rota. En la capilla maestrante, junto al lugar del que partiste, te recordamos tus compañeros en una emotiva misa. Pese a que no se haya guardado minuto de silencio en la plaza de toros, estarás presente en tu grada, como lo has estado en Semana Santa por cada calle, por cada rincón de Sevilla. Lo dijo el sacerdote: lluvia por la tristeza de tu desaparición. Una lluvia incesante también a lo largo de la tarde en un festejo que poco, muy poco tiene de historia en lo artístico. Estreno en la Feria de Abril de la ganadería de Manuel y Antonio Tornay, que no funcionó. Y entrega de la terna, recibiendo las dos únicas ovaciones del espectáculo el camero Esaú Fernández y el malagueño Saúl Jiménez Fortes.

El paseíllo se inició casi diez minutos después de la hora prevista para que los operarios retiraran la gigantesca lona. El piso de plaza estaba en buen estado. Y la terna decidió tirar p'alante; algo que no gustó a todos los espectadores, porque las previsiones, tal como se cumplieron, amenazaban lluvia intensa y porque el desfile se hizo bajo un aguacero.

Fernando, la corrida de Tornay fue desagradable en juego, tanto para los toreros como para el público. Sin clase, con la mayoría de los toros echando el freno.

Esaú Fernández, muy entregado, volvió a estar acertado en la suerte suprema, retornando a su ejecución en corto y no de largo, como lo hizo en la pasada Feria de San Miguel, en la que perdió trofeos por ello. Se enfrentó en primer lugar a un astado cariavacado al que recibió con una arriesgada larga cambiada de rodillas y que derribó en el segundo encuentro, pasando apuros el picador. Toro mugidor, que se rajó pronto. Esaú abrió faena en los medios, de lejos, para cerrar en cercanías con unos circulares invertidos y un desplante sin muleta en una faena pundonorosa, en la que tuvo mucho que lidiar. El halcón de Camas se tiró en corto para una estocada casi entera y remató con un descabello para escuchar una ovación.

Con el cuarto, un toro largo que se frenaba en cada acometida, Esaú Fernández, que brindó su labor a Jiménez Fortes, no tuvo opción alguna al lucimiento.

Fortes retornaba a Sevilla tras la gravísima cornada en el cuello sufrida en Vitigudino. Tal como le vimos en el Palacio de Vistalegre de Madrid, el malagueño no ha perdido un ápice de valor. Escuchó la otra ovación del festejo en su segundo toro, un ejemplar muy astifino e incierto, con el que se jugó el tipo y asustó al personal en varias ocasiones, como en los ayudados del inicio de faena o cuando se le coló en un natural. Ya en el epílogo, cuando estaba metido entre los pitones del cornúpeta, intercaló un fallero de infarto. La estocada casi entera fue una buena rúbrica a la sobredosis de valor.

Con el parado y complicado segundo, Fortes también había apostado muy fuerte, y los momentos más emocionantes llegaron en el epílogo, en la distancia corta.

Borja Jiménez se las vio en primer lugar con un toro reservón, que calamocheaba. Labor con altibajos con una rúbrica auténtica, en la que salió tropezado por el toro a cambio de una estocada.

Con el grandote sexto -pesaba 589 kilos- le resultó imposible el lucimiento. El toro, paradote, se rajó pronto y acabó en tablas. Borja, que comenzó en los tercios con pases por alto y a pies juntos, fue desarmado antes de que armara faena, que cerró en la distancia corta, con unipases y jugándose el tipo.

Mala corrida de Tornay y entrega de la terna, con Fernández y Fortes como más acertados en un día en el que la lluvia, Fernando, fue protagonista desde la mañana en la capilla de la Maestranza hasta la anochecida en el ruedo de la plaza sevillana.

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