Toros

Pinar, seria actuación en un espectáculo pobre

  • El albacetense, único ovacionado Encabo, con protestas en el cuarto, y Robleño, correcto Corrida de Cuadri, sin apenas motor

vigésima octava corrida de la feria de san isidro Ganadería: Corrida de Cuadri, seria y de juego dispar. En conjunto, decepcionó en los primeros tercios y le faltó motor. TOREROS: Luis Miguel Encabo, de rosa y oro. Pinchazo hondo y seis descabellos (silencio tras aviso). Pinchazo caído, tres pinchazos y once descabellos (protestas tras aviso). Fernando Robleño, de blanco y plata. Estocada baja (silencio). Dos pinchazos y casi entera (silencio). Rubén Pinar, de grana y oro. Estocada (saludos tras ovación). Casi entera (saludos tras ovación con aviso). INCIDENCIAS: Plaza de toros de Las Ventas. Jueves 2 de junio de 2016. Tres cuartos de entrada.

El epílogo de la Feria de San Isidro, con la excepción de la corrida del miércoles de Victoriano del Río, que fue de nota alta, con un Dalia de máxima calidad al que cuajó Manzanares, continuó ayer con Cuadri, tan apreciada en Madrid, donde ha cosechado éxitos históricos. La ganadería onubense envió un encierro serio en su presentación, sin entrega en los primeros tercios y de juego dispar. Quienes iban preparados para ver toros guerreros quedaron decepcionados, ya que la corrida, en su conjunto, no se entregó en los primeros tercios y sin apenas motor.

Rubén Pinar fue el diestro que dejó mejor impresión tanto por su decisión como por su toreo. Con el hondo tercero, tardo y manejable, el albacetense brilló en varios y suaves naturales dentro de una faena meritoria con un toro tardo, manejable y sin clase.

Con el sexto, con buenas hechuras, Pinar, asentado, realizó una labor desigual, en la que los mejores muletazos llegaron con la diestra y en la que se marcó un cambio de mano deslumbrante y un trincherazo con enjundia.

El veterano Luis Miguel Encabo, dos décadas de alternativa, dio un mitin con los aceros, debió estar mejor con el primer toro. El que abrió plaza, bien hecho, destacó por su nobleza. El alcalaíno ganó terreno a la verónica, banderilleó con facilidad y le faltó calidad en una faena que resultó pesada.

Con el musculado y complicado cuarto, Encabo intentó justificarse en un trasteo sin brillo.

Fernando Robleño cumplió en una actuación correcta. Con el segundo, bien hecho y que destacó por su movilidad y buen juego por el pitón izquierdo, el diestro de San Fernando de Henares, además de lucirse en los lances de recibo, a la verónica y dos medias, consiguió buenos muletazos, con varios naturales de buen corte. Mató de feo bajonazo.

El quinto, mastodóntico ¡627 kilos! dio pocas opciones al diestro. Robleño lanceó bien y se entregó en una labor porfiona con un animal que acometía con la cara alta.

El espectáculo resultó bastante pobre y el público torista no llegó a entrar en ningún momento en el mismo. Y es que los diestros no destacaron, con excepción de un serio Rubén Pinar, y ninguno de los toros de ayer recordó en modo alguno a los cuadris que han hecho historia en esta plaza de Las Ventas.

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