LoTerminó el ciclo del Corpus con la corrida de rejones de ayer, y el público volvió a dar un toque de atención a lo ya consabido. La crisis está vaciando cada vez más los tendidos y media plaza en rejones no es muy normal, y más cuando hay un público incondicional al toreo a la gineta, que no suele fallar en este tipo de espectáculos. No sabemos cuál será el remedio, pero es un espectáculo caro al que cada vez le cuesta más llevar a la gente. Alguien se tiene que poner las pilas porque esto tiene mala pinta. A pesar de todo, la feria taurina ha tenido una entrada aceptable, pero poco más, y demasiado justo para estar en el límite.

El cartel de rejones tuvo dos figuras consagradas, Mendoza y Ventura, y un chaval que está empezando y se nota, pero que con su afición parece tener futuro, Manzanares. El público que acude al rejoneo es distinto al de las corridas de a pie, y con otros gustos, pero unos y otros buscan divertirse y si se ve algo bueno mucho mejor. Ayer la tarde empezó muy flojita, de toros, emociones, faenas y trofeos, que ya es difícil con la bondad de los asistentes. Pero aquí falló el refrán de 'segundas partes nunca fueron buenas' porque fue a partir del cuarto toro cuando el público más se divirtió.

Resultó triunfador Diego Ventura, con tres orejas y puerta grande, pero su actuación más rotunda fue la del quinto toro. La faena tuvo vibración y emociones fuertes. Ventura sabía que la puerta grande le estaba esperando a poco que el toro le ayudara, y así fue. Este tipo de rejoneadores, cuando tienen una oportunidad, la aprovechan. Tras templar de costado de forma magistral en sus dos primeras banderillas, llegó el espectáculo en las dos al quiebro citando de lejos con Milagro, y los bocados al toro de Morante dieron paso a tres cortas espectaculares montando a Remate, todo ello llevando la emoción al tendido.

La faena en sus primero fue muy laboriosa ante un toro desrazado que buscó toriles y no le ayudó. Lo más destacado, sus cortas a dos manos y otras tres sin la colaboración del astado pero muy meritorio a lomos de Remate.

Otro que tenía la puerta grande segura, pero falló al entrar a matar, fue Pablo Hermoso de Mendoza, que realizó una faena muy medida al primero, un toro justo que no colaboró y al que templó con suavidad. Destacaron dos banderillas al quiebro y otras dos en buen sitio con Ícaro, y tres cortas y tres cortas montando a Pirata, muy de verdad, aunque el conjunto no caló demasiado. Mucho mejor el cuarto, la faena de Pablo fue inteligente y firme, llevando al toro siempre muy metido en los caballos para que no se rajara. Espectacular en las piruetas de salida tras poner banderillas con Manolete, y dominador en las cortas montando a Pirata, con un par a dos manos muy de verdad. No encontró el sitio con el rejón y se cerró la puerta grande.

El debutante Manzanares se notó algo nervioso en su primero, ni toro ni torero encontraron la conjunción ni el acople. El animal no entraba en faena y era rajado, pero tampoco Manuel encontró el sitio ni mandó. Mucho más entonado estuvo en el que cerró plaza. Montanto a Farruquito clavó en lo alto, hizo bien los encuentros y reuniones, y además templó. Muy elegante con Tomatito en las otras dos, con piruetas de salida que llegaron al público, pero no fue suficiente por el fallo con el rejón de muerte.