Toros

La calidad de Urdiales y el oficio de Adame, por encima de los toros

primera de la semana grande de san sebastián Ganadería: Seis toros de Fuente Ymbro, de muy desigual presentación, en cuanto a cuajo, hechuras, volúmenes y cabezas. En conjunto, salvo el tercero que tuvo movilidad y un mayor recorrido, fue corrida con muchas complicaciones, derivadas de su falta de verdadera raza y de su actitud defensiva. TOREROS: Diego Urdiales, estocada delantera (oreja tras aviso); media estocada baja atravesada y descabello (ovación). Paco Ureña, pinchazo, estocada baja y siete descabellos (silencio tras aviso); pinchazo y estocada baja (silencio). Joselito Adame, estocada atravesada y descabello (oreja); estocada baja (silencio). INCIDENCIAS: Plaza de Illumbe de San Sebastián. Lleno,

La calidad del toreo del riojano Diego Urdiales y el oficio del mexicano Joselito Adame, premiados ambos con sendas orejas, lucieron muy por encima del complicado juego de los toros de Fuente Ymbro jugados en la corrida que abrió la Semana Grande de San Sebastián.

Si se cortaron dos orejas y hubo momentos lucidos en la primera corrida de la feria donostiarra hay achacárselo todo a los toreros. La entrega que puso la terna ante la corrida de Fuente Ymbro fue la clave incluso para que alguno de los astados pareciera mejor de lo que fue en realidad. Fue el caso del primero de la tarde, un toro que se movió mucho, pero nunca lo hizo con claridad, midiendo antes de embestir y sin acabar de definir hasta el final su reservada y brusca condición. Pero quien siempre mantuvo la misma actitud en la lidia fue Diego Urdiales, que no le dudó sino que le impuso los ritmos y el recorrido de los pases a base de decisión y de ofrecerle el capote y la muleta con pureza y sinceridad.

Fue así como, no sin esfuerzo, el torero riojano le ligó varias series de pases de gran calidad y hondura, gustándose tanto con la derecha como al natural, lado por el que llegaron varios pases de soberbio trazo antes de que el toro acabara a la defensiva. La oreja que premió el trasteo fue de las de auténtico peso. El cuarto, en cambio, fue un toro feo y basto que se rajó casi desde su salida al ruedo. Y cuando tuvo que embestir a esa muleta sincera, apenas al segundo pase, se coló con peligro de manso para propinarle a Urdiales una aparatosa voltereta que no le amilanó para seguir intentando doblegar al manso.

Otra oreja paseó Joselito Adame del que fue el mejor toro de la corrida, simplemente porque se movió con cierto temperamento, aunque nunca con la suficiente entrega. Este tuerto en el país de los ciegos también pareció mejor por el excelente planteamiento de faena del mexicano, que en todo momento le llevó tapado con la muleta, sin dejarle parar ni pensar, para ligar series así largas a un toro que embistió a empujones y al que mató de una estocada defectuosa pero espectacular en la suerte de recibir. Para compensar, la suerte le deparó a Adame un sexto de violento peligro, que no tardó en soltarle un tornillazo en busca de la femoral en cuanto se le plantó por el pitón izquierdo. El esfuerzo que hizo con él el torero de Aguascalientes fue generoso y largo.

Por su parte, a Paco Ureña le tocaron los dos toros más deslucidos del mal encierro de Fuente Ymbro, pues el tercero, desrazado total, se salía desentendido de las suertes y el flaco quinto también acabó desarrollando sentido por el pitón zurdo. El murciano le puso voluntad y empeño a la lidia de ambos, pero sin conseguir resultados notables con ninguno, a cambio incluso de una fea voltereta al entrar a matar a su primero.

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