Una cuchillada brutal en un abrir y cerrar de ojos. Derrote certero. Escribano se había perfilado y entrado para matar con rectitud y como una vela. Y salió del embroque despedido, cayendo a la arena y entonces se descubrió que de su ingle derecha brotaba un chorro abundante de sangre ¿La femoral?... Sí, la femoral. Su cuadrilla saltó en otro abrir y cerrar de ojos y le llevaron en volandas a las manos salvadoras del doctor José María Reyes y su equipo. Una operación larga y que se hizo eterna. Y luego, otra por una cornada en el testículo izquierdo.

Después de las operaciones, el cirujano afirmaba a través de Canal Plus que la vida no corría peligro y que Escribano ingresaba en la UCI del Hospital Perpetuo Socorro de Alicante. El banderillero Antonio Manuel Punta, quien fuera matador de toros y ahora el hombre de confianza de Manuel Escribano, su sombra, su confidente, su amigo, se alarmó de inmediato ante el caño de sangre. El torero afirmaba: "Al principio estábamos todos los de la cuadrilla muy preocupados porque cuando llegamos a la enfermería tenía la pierna negra". Y sobre la cornada refería: "Manuel tiene mucha confianza en esta ganadería -Adolfo Martín- y por eso ha estado muy entregado y roto" y aludió a que los percances suelen ocurrir cuando el torero está entregado.

Con respecto a las previsiones de recuperación, Punta indicaba que Escribano "está muy fuerte y preparado", algo que será esencial para acortar el tiempo de recuperación.

El doctor Reyes explicó que de momento es muy pronto para señalar plazos de recuperación y que lo importante había sido recuperar, intervenir y estabilizar al diestro.

Manuel Escribano cambió ayer la salida por la puerta grande de la plaza de Alicante por el ingreso en la enfermería. Se desangraba, llegó con la pierna negra. Femoral, testículos... y, afortunadamente, las manos salvadoras del equipo médico en un terrible percance a un torero que lo había dado todo en el ruedo.