Toros en Jaén

Ocho orejas y un rabo en gran tarde de rejoneo en Villanueva del Arzobispo

  • Leonardo Hernández ha puesto la nota diferencial con una rotunda actuación al segundo del festejo

Un desplante de Leonardo Hernández.

Un desplante de Leonardo Hernández. / Grupo Joly

Ocho orejas y un rabo ha sido el exitoso resultado artístico de la corrida de rejones celebrada este domingo en Villanueva del Arzobispo, en Jaén, y en la que Leonardo Hernández ha puesto la nota diferencial con una rotunda actuación al segundo del festejo, del que paseó los máximos trofeos. La feria de la primavera, que por primera vez se realizaba en Villanueva del Arzobispo, ha acabado con una gran tarde de rejoneo, que, sumado al rotundo triunfo de Emilio de Justo en la víspera, ha redondeado un gran fin de semana en una de las localidades más taurinas de la provincia de Jaén.

En la tarde de hoy sobresalió la actuación de Leonardo Hernández, que cortó los máximos trofeos del segundo de la tarde, un toro noble y de larga embestida, que aprovechó el jinete extremeño de principio a fin en una labor extraordinaria en todos los tercios, destacando a la hora de clavar de poder a poder. Sorprendió después con su forma de matar, dándole mucho espacio al de Bohórquez para recetarle un rejón de muerte fulminante en todo lo alto. Alboroto en los tendidos y dos orejas y rabo en su esportón, que paseó después de que el toro recibiera los honores póstumos de la vuelta al ruedo en el arrastre.

Otro tanto ocurrió con el quinto, en otra brillante labor de principio a fin. Solvente y a la vez espectacular utilizó de nuevo el temple para ir poco a poco encelando la noble embestida de un Bohórquez que colaboró en todo momento. Leonardo se lució en banderillas, muy certero en la colocación, siempre arriba, finalizando con las cortas en la suerte del "violín" y una rosa. Una pena el pinchazo antes del rejón definitivo y la muerte lenta del animal que enfrió un poco el ambiente, y acabó dejando el premio en singular. Andy Cartagena desorejó al primero de la tarde tras una actuación correcta y a más, destacando en la parte final con los violines y las cortas, luciéndose antes y después de clavarlas banderillas. Con el cuarto rayó a una gran altura el jinete alicantino, templando de costado y clavando de nuevo de manera excelente, sacando a relucir toda su artillería.

En la parte final y con el toro ya muy parado puso, también en todo lo alto, dos rosas, las cortas y, deshaciéndose de la cabezada del caballo, puso un extraordinario par a dos manos que puso la plaza boca abajo. Tenía un triunfo grande en la mano, que acabaría perdiendo por culpa del descabello. La francesa Lea Vicens se atascó con los aceros en el tercero de la tarde después de realizar una labor vistosa en conjunto, destacando sobre todo en la parte final clavando las banderillas cortas y una rosa. Cortó una oreja. Algo parecido ocurrió con el último, aunque quizás aquí se equivocó al clavar de salida dos rejones de castigo. Tesonera y con ganas, sin embargo, anduvo desigual a la hora de clavar, pero, tras pinchazo y medio rejón, el público la premió con dos orejas.

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