Toros

El trasatlántico que atraca todos los veranos en la calle Valdés

  • La pobre asistencia a la corrida de toros de feria y un verano taurino de sólo cuatro festejos preocupan a la afición de El Puerto

Preocupa el futuro taurino de El Puerto. La pésima asistencia a la corrida de toros de Feria de Primavera fue sintomática. Los tendidos vacíos y la plaza tocando fondo.

Sin embargo llega el verano taurino y hasta se ponen carteles de "No hay billetes". La respuesta es fácil: la plaza se llena con los veraneantes y solamente en las fechas buenas de agosto: los dos primeros fines de semana.

Razones, muchas. La afición local se ha aburrido. La plaza de El Puerto pegó el zambombazo cuando Canorea y Barrilaro ofrecieron un abono que comenzó en ocho y acabó en 10 corridas de toros al 50% de descuento, con primeras figuras en cartel. La plaza se llenaba, surgieron peñas y premios taurinos, y la Plaza Real vivió un nada desdeñable fin del Siglo XX.

Aunque Justo Ojeda subió el precio de los abonos y no afinaba tanto en los corrales, mantuvo el nivel e incluso lo superó rematando las ternas. Sin embargo abundaron las entradas de favor impuestas en el pliego: el Ayuntamiento se hacía con un importante paquete de entradas, que se repartían por la ciudad. Alcaldes y ediles por la calle regalando boletos. Vergüenza daba ver a particulares, que no reventas, ofreciendo baratas las entradas que les habían regalado. Entre la ciudadanía de El Puerto corrió la idea de que ir a los toros pagando era de lila.

Tras esos ocho años, no se eliminaron las entradas de gañote pero se fió la reparación de la plaza al contratista. Explotar la plaza de toros de El Puerto requería hacer además unas costosas y complicadas obras. No era una opción competitiva y no acudieron a la licitación las grandes empresas.

Se atrevió Serolo empeñando un elevado aval para garantizar las obras. Además vino la crisis. La empresa se mantuvo seis años por no perder el aval, hizo las obras como pudo y los carteles fueron cada año más cuestionados. Para colmo se mantenía el gañote municipal.

Se presentaron aquellas obras sacando pecho y ahora resulta que hay que hacer más reparaciones del edificio. Por ello se anuncia para 2015 un verano taurino de solamente cuatro festejos.

El nuevo pliego, el actual, tampoco era competitivo. Fue muy cuestionado. Cualquier aficionado a los toros lo sabía y acudió a una inútil reunión con un concejal de plaza de toros cerrado a cualquier idea. Milagrosamente se presentó un empresario, uno que lo hacía por las ganas de ascender a un escalón superior: Tomás Entero.

El Ayuntamiento percibe un porcentaje de lo recaudado y en los festejos funcionarios municipales intervienen, en el sentido de control contable del término, la taquilla. Por lo menos se ha reducido el número de entradas de gañote. A ninguna de las empresas importantes de la fiesta le interesa El Puerto en estas condiciones.

El Ayuntamiento, la política, no ha comprendido que la Plaza Real llena es como si todos los domingos de agosto atracaran unos cuantos trasatlánticos en la calle Valdés, con 13.000 espectadores, foráneos, buscando las excelencias de la hostelería local. Sin embargo la plaza de toros ha sido contemplada como una fuente de renta, como el modo de obtener unos ingresos y ahorrar gastos de mantenimiento: a fin de cuentas dinero para dedicar a otros menesteres.

Porque tampoco se ha reinvertido en la fiesta. En El Puerto se dice que desde que se hizo la Red de Ciudades Taurinas, la ciudad es menos taurina. Una red sin contenido, de mero postureo. Ejemplo claro es el premio Paco Flores. La Red de Ciudades Taurinas firmó con la familia la cesión del Memorial para organizarlo. En realidad se firmó la partida de defunción de un trofeo que fue símbolo de la excelencia taurina de El Puerto.

El Trofeo Radio Puerto Paco Flores, el de la Peña Canales Rivera de Cádiz, los de la Garrocha… se han perdido premios, peñas, en suma se ha perdido ambiente. Basta ver como el alcalde se ha ido sin dar una sola explicación a los taurinos de El Puerto sobre sus gestiones sobre si este verano va a haber novilladas con y sin picadores.

Aficionados y profesionales se concentraron ante el Ayuntamiento por el miniverano taurino que se anunciaba y que se avecina. Una reunión con el alcalde, la promesa de éste de que hablaría con la empresa para que diera más festejos y nunca más se supo.

Ahora se abre una nueva incógnita para la fiesta en El Puerto. Ya se sabe que el PSOE en el tema taurino no es de fiar, las nuevas fuerzas emergentes de izquierda abiertamente están contra la fiesta de los toros y el sector económico taurino local, que lo hay, tiene las carnes abiertas.

Por delante cuatro festejos solo. La voluntad política era convertir la plaza en un museo, pero va camino de ser ese su uso exclusivo. ¿Volverán los trasatlánticos a atracar en la calle Valdés en agosto? Depende de todos.

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